El sistema financiero de la Comunitat mengua con respecto al conjunto de España. El cierre del 2015 revela que el nivel de depósitos que atesoran las entidades bancarias de Castellón, Valencia y Alicante asciende a 93.700 millones de €, según datos del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), elaborados a partir del balance trimestral del Banco de España. La cifra supone un retroceso de medio punto porcentual con respecto al 2014, dejando la tasa de participación nacional en el 7,73%. Es decir, que los bancos y cajas rurales valencianos recaudan 7 de cada 100 € de España.

Es un paso más en la pérdida de peso de la Comunitat Valenciana dentro el pastel financiero en España desde que se inició la crisis. En el año 2007, antes de que la debacle económica se manifestara en todo su esplendor, la suma de los depósitos en el conjunto de las tres provincias valencianas alcanzaban el 9,22% del conjunto nacional. Es decir, se han evaporado 8.217 millones de euros durante los últimos ocho años.

A partir de ahí, la historia es por todos conocida. Comenzaron las reestructuraciones de firmas, las fusiones, las quiebras, los cierres de oficinas y el tirar de ahorros por parte de las familias para sobrellevar los gastos del día a día. Eso hizo que, solo un año después, en el 2008, la cuota valenciana pasara a ser del 8,60% sobre el conjunto nacional; del 8,41% en el 2009; y del 8,21% en el 2010. La caída dio una tregua en el 2011, subiendo al 8,52%, pero poco duró el espejismo. En el 2014 ya era del 7,76%, hasta el vigente 7,73% de diciembre del pasado ejercicio 2015.

Este hecho hace que la Comunitat sea el cuarto territorio en el ránking nacional, por detrás de Madrid, Cataluña y Andalucía, a pesar de ser la tercera en población y peso económico.

LA EXPLICACIÓN // “El crédito, en la Comunitat Valenciana, creció más durante los años de bonanza. Y con la crisis, después cayó más. Es una cuestión bastante clara. Y lo mismo ocurre en términos de oficinas”, indica a este periódico Manuel Illueca, el director general del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF).

Destaca, a su juicio, el hecho de que “el proceso de concentración bancaria haya tenido una gran importancia en nuestra Comunitat, lo que ha obligado a consolidar una red de oficinas de una manera muy notable”.

Los ejemplos fueron más que notables y noticia durante varios meses. Bancaja formó junto con Cajamadrid y otras seis entidades Bankia; CaixaBank adquirió el Banco de Valencia; BancoSabadell hizo lo propio con la CAM; mientras que las cajas rurales protagonizaron primero una fusión fría liderada por Ruralcaja, que finalmente terminó a su vez en manos del Grupo Cajamar.

El resultado es un cierre masivo de sucursales bancarias sin precedentes. Sin ir más lejos, y como ya informó en su día Mediterráneo, la provincia de Castellón es el territorio español en el que más oficinas han cerrado sus puertas: si en el año 2005 había 602 repartidas por Castellón, en el 2015 ya era solo 392. Y bajando. El Banco Santander anunciaba hace pocas semanas el cierre de 450 sucursales en toda España, y CaixaBank también quiere cerrar otras 310 este año. Visto lo abultado de la cifra, sí o sí, alguna tocará a Castellón, si bien no han concretado en qué medida será el alcance. H