No estaba, tal vez, entre los principales candidatos a los primeros puestos, pero el Burriana, a la chita callando, ya es cuarto en el grupo I de Preferente, a seis puntos del líder (Borriol) y a cinco del segundo y tercero (Vinaròs y Onda, respectivamente). Todo con un proyecto de casa y superando el contratiempo de jugar en Llombai, debido a la instalación de moqueta en lugar del césped natural en el estadio.

La razones del éxito hay que buscarlas en la pasada temporada, cuando el club sentó las bases con una plantilla en la que muchos subían del filial y, por ende, debutaban en la categoría, con Óscar Calleja al mando. Sufrió el Burriana para mantenerse, pero manteniendo la base y sumando refuerzos como Postin (Castellón), Emeka (Ribarroja)..., ha dado un evidente salto de calidad. ¿Hasta dónde puede llegar? Alfonso Ventura, el secretario de la entidad, mantiene los pies en el suelo.

“Tenemos el hándicap de no poder jugar todavía en el San Fernando, por el cambio de césped. Esperamos volver allí en la segunda vuelta. Nos vendrá bien, pues mucha gente no se ha hecho socia este año por no poder desplazarse a Llombai”, destaca. Ventura explica que los 275 socios de la pasada campaña se han reducido a 220, lejos de los 300 que esperaban. “Tenemos un presupuesto de 80.000 euros. Aquí no tenemos a nadie que cobre más de 400 euros al mes cuando, en otros sitios, están ofreciendo más de 1.000”, esgrime el directivo.

Con este contexto, el objetivo inicial era estar “quintos o sextos” y, aunque los tres equipos que preceden al Burriana parecen estar un peldaño por encima, Ventura se aferra al efecto sorpresa: “A veces, no siempre el que tiene más dinero está arriba”. H