Mateo Musacchio y Cani. La cara y la cruz para el 2015 en el Villarreal. Mientras el centrocampista aragonés --ausente ayer, por segundo día consecutivo, de los entrenamientos-- ya sabe que su futuro está muchísimo más fuera que dentro del club amarillo y tiene un mes por delante para buscar un nuevo acomodo en el fútbol profesional, el central argentino es el portador de las buenas noticias para este comienzo de año intenso, con la visita el sábado a Elche en la Liga y el primer round de los octavos de la Copa del Rey dentro de una semana. Musacchio, por fin, ya es uno más en el día a día del grupo, como demostró en la doble sesión de ayer, lo que significa que su regreso a los terrenos de juego es inminente.

Incluso no estaría descartado --será el propio entrenador, Marcelino, quien resolverá las dudas el viernes-- su regreso en la cita liguera del Martínez Valero, aunque si el cuerpo técnico y el propio futbolista consideran un tanto precipitada su vuelta este fin de semana, el central argentino sí se perfilaría como uno de los 16 convocados para la cita copera ante la Real Sociedad. Lo que está claro es que la elongación en el bíceps femoral derecho que le ha mantenido apartado de la competición desde finales de septiembre ya es historia.

Mientras, el Villarreal prepara la cita del sábado en Elche bajo el impacto del caso Cani, hasta estos últimos días uno de los pesos pesados del conjunto amarillo. A pesar de la ascendencia del centrocampista aragonés, en el vestuario se ha asumido “con normalidad” y como resultado de “los posibles cambios a los que siempre se está abierto en estas fechas” la presumible marcha del futbolista de la actual plantilla que lleva más años en el Submarino. “Es un jugador que lleva casi toda la vida en el club, pero son situaciones que se dan y espero que lo que pase sea lo mejor para el equipo, para él y para el club”, apuntaba ayer su compañero Mario. H