En una temporada de cerca de 11 meses de duración y 42 partidos, quedarse con una única referencia es altamente aventurado. Sin embargo, existe el consenso, en el imaginario amarillo, de que si ha habido un punto de inflexión del campeonato, ese fue la llegada de Marcelino García Toral al banquillo de El Madrigal.

El asturiano ya estuvo cerca de haber cogido al Submarino unos meses antes, pero como las cosas buenas, a veces, se hacen de rogar, retrasó su aterrizaje justo al momento oportuno de enderezar la nave amarilla y dirigirla, con paso firme y acelerado, de vuelta a la máxima categoría. Ahora, a Marcelino le toca dirigir un proyecto que suponga el regreso amarillo definitivo a la élite, donde nunca debió quedar descabalgado...

--Ya estamos en Primera. Se supone que, a partir de ahora, usted va a ser más flexible con los hábitos de alimentación de sus jugadores, con los que ha sido muy exigente en su media temporada en el Villarreal.

--Es que parto de una base de que hay que ser riguroso en este tema. El futbolista siempre responde a la exigencia que se le propone y cuando no se consigue, es que el error está en nosotros, en las personas que debemos marcarles las directrices de exigencia y rigor. En la vida hay que sacrificarse, como cada uno en su profesión, así que el futbolista no puede ser una excepción. Eso es siempre así.

--Ahora que ya se ha cumplido el objetivo, ¿en algún momento llegó a dudar del ascenso directo?

--No sé cómo explicarlo… Yo me muevo muchas veces por las sensaciones. En el Villarreal, el día a día era muy agradable, satisfactorio, con una respuesta individual de cada uno de los jugadores muy buena, tanto en el trato como en el respeto a la hora de aceptar unas ideas y forma de ser de su entrenador. He tenido a un grupo muy integrado y sólido, y, además, con un sentimiento hacia el club, algo muy difícil de encontrar en estos tiempos. Así que siempre he sido muy optimista.

--Eso sí, sufrir se ha sufrido... ¡y de qué manera! Desde que usted llegó hasta el final, y no es un tópico, todo han sido finales, ¿no?

--Es cierto que en algunos momentos tuvimos dificultades por las bajas, las lesiones… hasta el último momento. En el partido decisivo, me encontré con que forzar a Manu Trigueros era un riesgo, como con Uche. Pero la respuesta del equipo siempre fue ir hacia arriba. Con sinceridad, este es el equipo con el que me he sentido más identificado en toda mi carrera como técnico.

--Se le ve agradecido por el comportamiento de la plantilla...

--Me he sentido muy a gusto con todos, incluso con los que tuvieron un rol más sacrificado. Los papeles que, en la segunda vuelta, tuvieron jugadores como Senna o Javi Venta, eran difíciles de asumir para hombres de su trayectoria. Ya ves lo que son aquí, estandartes, en el caso de Marcos hasta una leyenda del club. Quizás a ellos dos es a los que estoy un poco más agradecido, jugadores con una trayectoria enorme y que no han manifestado ni una sola protesta por su poca participación. Eso es muy de agradecer.

--Las relaciones con la cúpula del club no son menos buenas, hasta el punto de que Marcelino hubiera seguido al frente del equipo aun si no hubiera ascendido...

--Sí, igual hubiese seguido, si me lo hubieran pedido. Siempre he dicho que el Villarreal es el club ideal para trabajar. Además, a nivel personal, me recibieron con los brazos abiertos, ofreciéndome todo el cariño y todo el apoyo. Hay una identificación muy grande con las personas que dirigen la entidad y ojalá que continúe así durante mucho tiempo.

--Cualquiera que lea esta entrevista, puede pensar que exagera.

--Para nada. Es un club maravilloso y perfectamente estructurado, dirigido por tres personas (Fernando Roig; su hijo, Roig Negueroles; y José Manuel Llaneza) que, en realidad, son una. Si a eso le añadimos todas las facilidades que te ofrecen, las infraestructuras, los medios, una gran Ciudad Deportiva… está todo dicho. Aquí es todo como muy familiar, pero a la vez tremendamente profesional. Puedo dar fe de ello.

--Ahora es el momento de la planificación de la próxima temporada, de reestructurar una plantilla que debe amoldarse a otra categoría… ¿Le gusta a Marcelino ser partícipe de todo ello?

--Me gusta participar en el proyecto, siempre ciñéndome a mi rol. El entrenador debe participar, pero intentar que se plasmen al cien por cien todas sus ideas o que se le haga caso en absolutamente todo. Lo que tengo que hacer, es presentar un planteamiento coherente de cómo se debe hacer el equipo. Para que nos entendamos: una cosa es elegir un nombre y otra buscar un perfil determinado de futbolista que consideras que necesitas. Lo de marcar el perfil es cosa de todos; en lo que respecta a los nombres, la secretaría técnica tiene mucha más información que yo y mucho más conocimiento del mercado a nivel mundial. Una cosa es ver a un jugador y otra muy distinta analizarlo, que es al final lo que determina si le fichas o no.

--¿Sufriremos tanto en Primera como esta temporada que ha finalizado en Segunda A?

--En el fútbol siempre se sufre. Pero lo de este año en el Villarreal no se podía calificar de sufrimiento, porque era una obligación volver a Primera División.

--Fernando Roig ya ha avanzado que el Villarreal contará con un muy buen equipo en su regreso a la máxima categoría.

--Si el presi lo dice, estoy más que seguro de que va a ser así.

--Es período de vacaciones, pero ¿es usted de los que van a poder desconectar del todo o se lleva trabajo para hacer en casa?

--Lo primero: tengo ganas de disfrutar unos días, de ver a mis padres… Pero también hay que trabajar, hay que planificar la pretemporada... Después, cuando regresemos en la segunda semana de julio, ya soy de esos que cuando empecemos a entrenar, iré a piñón todos los días.

--¿Ha pensado en algún lugar idílico para descansar?

--No. Pasaré todas las vacaciones en mi tierra, en Asturias.

--Igual encuentra por allí algún lugar adecuado para que el equipo trabaje algunos días durante esta pretemporada...

--Creo que no. Hoy por hoy no hay sitios en Asturias con las condiciones idóneas para poder hacer una buena pretemporada. H