3EN LA ETAPA inicial ambos equipos se alternaron con la pelota, protagonizando un fútbol atractivo, del que se juega a ras de suelo, rechazando pelotazos groseros y con intención de atacarse mutuamente pero defendiendo a la vez los dos bien ordenados, tirando arriba las líneas defensivas y estrechando el campo.

3EL ESCENARIO era amable, vistoso por el buen trato que se le daba al útil, pero el ejercicio de solvencia defensiva de los equipos anulaba la posibilidad de sobresaltos en las áreas. Más elaborado el juego del Borussia y el Villarreal buscando mas lanzar a los galgos.

3EN APENAS un minuto, el Submarino se despeñó en las dos áreas: Cheryshev tuvo el 0-1 y un instante después un balón largo, directo y profundo enviando desde la zona defensiva local fue mal defendido y peor despejado, y fue bien aprovechado el regalo por Herrmann.

3EL SUBMARINO perdió de vista la pelota a la vez que el Borussia se iba haciendo más amigo de ella. Su juego tuvo mas armonía y se mostró mas en ataque; llegaban mucho mejor asociados y lo hacían tanto por dentro como por fuera, y sus oleadas olían a peligro serio.

3LAS APARICIONES con cuentagotas de Cani eran demasiado poco como para progresar con posibilidades; Cheryshev y Vietto estaban tan activos como inconclusos pero su equipo manifestaba serios problemas colectivos e individuales para poder trenzar fútbol y volvía a evidenciar clásicas carencias en el balón parado ofensivo.

3A LA VUELTA de la caseta, el Villarreal dio un paso al frente y elevó la altura y la intensidad de la presión. El Borussia se desplegó en un par de ocasiones con peligro buscando el contrapié pero con la entrada de Trigueros el balón y el encuentro cambiaron de dueño.

3ERRADICANDO defectos y afianzando virtudes, el de los amarillos ya fue un fútbol coral, del convincente, rico en matices, pasando la pelota al que la puede pasar mejor. Un estilo reconocible que encontró premio y desgracia para Ikechukwu Uche, gol y lesión simultaneas.

3EL EMPATE era un botín extraordinario, pero el Villarreal no varió un ápice el discurso y continuó adelante con su plan dominador, moviendo al oponente y haciéndole correr detrás de la pelota; el Borussia, desdibujado, parecía maduro para asestarle ya la puntilla.

3AÚN HUBO tiempo para sufrir en el ocaso: el equipo se quedó sin delanteros, algunos jugadores se quedaron sin piernas, y los últimos 10 minutos parecieron mil porque el anfitrión tiró de casta y apretó, pero la actitud y seriedad defensiva amarilla salvaron la situación. Por una vez, alguien de este país fue capaz de callar a los alemanes. H