Cinco meses llevan Vicente Montesinos y su grupo al frente del Castellón y cinco horas duró la primera junta de accionistas, que sirvió para poner en marcha la ampliación de capital, primer paso en el plan de viabilidad presentado ayer al pequeño accionista, de quien los gestores piden «buena voluntad», amparados en el aval de su gestión, a la hora de respaldar esta operación... sentado en la misma mesa con José Cano-Coloma, mano derecha de David Cruz y representante del 70% del paquete accionarial que el expresidente cedió a los nuevos responsables del club, partícipe, por ejemplo, de unas pérdidas superiores al millón de euros en los dos últimos ejercicios, que ni siquiera el primer proceso de recapitalización del club servirá para enjugar.

Los numerosos puntos en el orden del día fueron aprobados con más del 90% del respaldo del capital social (el quórum fue del 76,61%, contando el 70% de Cruz vía Cano-Coloma o el 5% de Manolo García, antiguo socio de aquel y también miembro de la directiva de un olímpic que anoche aprobó su conversión en SAD).

BAGAJE

La junta arrancó con un vídeo sobre el que Montesinos expuso cómo ha cambiado el club desde su llegada en junio antes de comenzar la asamblea en sí, destacando al hasta ahora desconocido Antonio Civera como vicesecretario general del club que, sobre todo en el tramo inicial, llevó la voz cantante. No obstante, antes de proceder a la ratificación del actual consejo (formado por Montesinos, Alfonso Hernández, Jordi Bruixola y el propio Cano-Coloma), la figura de este último protagonizó un encendido debate.

El actual mandamás le defendió: «Si este consejo está aquí sentado, es gracias a Cano-Coloma, pese a quien le pese». «Él sigue siendo el secretario del consejo, pero, en lo administrativo, somos nosotros los que llevamos la batuta», matizó. El interpelado también replicó las críticas: «He hecho por el club más cosas de las que han hecho ustedes. He sacado el concurso [de acreedores] y he hecho un trabajo por el club que nunca se me ha gratificado, ni económicamente ni de otra forma». «No creo que deba pedir perdón de nada», remató.

El accionista ya conocía las pérdidas de 636.000 euros del último ejercicio, así como que el patrimonio neto del club está en negativo (-4,2 millones), además del fondo de maniobra a corto plazo (-2,9 millones). «Hemos tenido que firmar estas cuentas, pero no me hagan responsable del pasado», dijo Montesinos. «En un ejercicio de responsabilidad, tomaremos las acciones pertinentes que creamos adecuadas», reforzó.

PLAN ESTRATÉGICO

Acto seguido, el tema estrella: la reducción del capital social (cada título pasa de 13 a 0,1 euros) y el posterior aumento hasta 909.051 euros, amparado en el plan de viabilidad 2018-2022 que Montesinos desarrolló profusamente y que tiene por objetivo que el Castellón celebre su centenario en Segunda A.

En este primer quinquenio pretenden enjugar 3 de los 5 millones de la deuda total de la SAD (los dos millones restantes, a abonar entre 2022 y 2036, son los que corresponden a la deuda pautada en el convenio de acreedores).

En ese plan, Montesinos y su grupo contemplan subir este año y, después de tres en Segunda B, acometer el regreso al fútbol profesional en 2022. Así, detalló la evolución de los presupuestos en cada categoría, empezando por el de este mismo ejercicio: 1,2 millones en ingresos y unos gastos de un millón, para un superávit.

Respecto a la ampliación de capital (desembolso inicial del 50%; el resto, en cinco años), cerrada a los que no son accionistas, el actual grupo gestor considera que si no se suscriben al menos 500.000 euros, conduciría a la entidad a una situación caótica.

¿Qué papel jugará el grupo gestor? Tras muchas preguntas, Montesinos afirmó que tienen «la plena intención de acudir a la ampliación: suscribiremos las acciones que tengamos disponibles, para eso estamos aquí». Sin embargo, no aclaró si cuentan con el derecho de suscripción preferente de las acciones de Cruz. «Haremos números y veremos el apoyo del resto de accionistas», incidió.

El final de la junta quedó ensombrecido con el enfrentamiento verbal entre Santiago García, que reclama el dinero que le prestó al club hace dos temporadas tras sentencia judicial favorable, contra Jordi Bruixola.