La tarde registró una entrada más que respetable en una época en la que llenar la plaza se antoja una labor titánica y eso, se mire como se mire, ya es un éxito. Vale que no había que pasar por taquilla, pero no hace demasiados años este mismo festejo apenas cubría un tercio de plaza y ayer se rozaron los tres cuartos. Esta afluencia no es fruto de la casualidad, ni de que ahora al público le haya entrado la afición de repente. Esto se debe al trabajo constante y al buen hacer de los responsables de la Escuela, que han sabido dar a los festejos que organizan la seriedad suficiente para que los aficionados acudan, a sabiendas de que lo que van a ver merece la pena. Ayer, pese a que la novillada apenas se había publicitado, registró la mejor entrada del ciclo.

También sirvió la novillada para que buena parte de los aficionados castellonenses conocieran de primera mano a los alumnos que van a ser la punta de lanza este curso, Marcos Caro y Rivera, dos chavales que llevan años formándose para llegar a esa tarde con la solvencia y el buen hacer que demostraron, aunque fue Rivera quien finalmente se llevó el gato al agua.

La historia de Rivera es una historia de afición, entrega, sacrificio y superación. De años de esfuerzos en los que ha ido creciendo como persona y como torero de la mano de ese fenómeno que es Soler Lázaro, bajo cuya batuta van eclosionando los nuevos valores castellonenses. Por eso ayer el toro hizo justicia y devolvió a este chaval una parte de lo que él ha dado hasta ahora por el toro.

Quizá no fue la de ayer la novillada más exitosa en cuanto a trofeos de las que ha organizado la Escuela, porque el de Peña fue un encierro exigente y porque además este año eran erales, con mucho más trapío, pero sí sirvió para medir el oficio o la disposición de los actuantes y aunque menos vistosas, ayer se vieron faenas realmente interesantes. Bien es cierto que de haber entrado la espada se hubieran cortado un buen número de orejas más, porque el público supo entender, y lo que faltó de temple se suplió con disposición y entrega.