El operario de una empresa suministradora de gas, de 41 años, resultó ayer herido grave por quemaduras de segundo grado en el rostro y los brazos al explotar una bombona de propano industrial en un restaurante de Alcossebre. El incidente podría haber acabado mucho peor si la deflagración hubiese alcanzado a otros recipientes de gran capacidad situados al lado del que estalló.

Los hechos ocurrieron en el restaurante San Francisco de Alcossebre, en la calle Campanilles. Minutos antes de las 11.30 horas, el trabajador de la compañía petrolera procedía, de manera rutinaria, a cambiar las bombonas vacías dentro del cuarto anexo en el que están los depósitos que dan suministro a la cocina.

Por causas que investigan, una explosión y una potente llamarada alcanzaron al operario. El trabajador fue trasladado por un SAMU al campo de fútbol de la zona de Las Fuentes y de ahí, al Hospital La Fe de Valencia en un helicóptero medicalizado.

UNA REACCIÓN HEROICA

La concejala de Seguridad de Alcalà, Alejandra Roca, indicó que el hombre, con gran valentía y entereza, «todavía tuvo la sangre fría de acercarse al camión de reparto para evitar que la llamas se expandieran hasta la carga que transportaba». La edila destacó que durante un momento el lugar fue «una bola de fuego».

El jefe de operaciones del Consorcio Provincial de Bomberos, Andrés Balfagó, explicó que, de inmediato, «se desplazaron los efectivos del parque de Orpesa, que se encargaron de apagar el fuego y enfriar el resto de botellas». Se trata de depósitos de carácter industrial, con capacidad para 35 litros de propano.

«Son recipientes que cuentan con una válvula de seguridad para evitar situaciones como estas; no es normal que exploten», matizó Balfagó. Un técnico de Repsol se personó en el lugar tras la explosión al objeto de investigar las causas, acompañado por efectivos de la Guardia Civil.

El propietario del bar, Manuel Pauner, indicó que el local «estaba abierto en el momento del estallido, aunque había poca gente, ya que aún era media mañana».

Un buen susto se llevaron las personas que jugaban en la pista de tenis justo al lado del depósito que explotó y que quedó totalmente destrozado, con el techo levantado y las puertas laterales totalmente dobladas.

Pauner detalló que no estaba presente en ese momento. «Cuando llegó el repartidor fui un momento a casa, a por dinero, y a la vuelta escuché el estruendo y vi el fuego», indicó. El propietario del negocio espera que se aclare pronto lo ocurrido y que se repare la instalación para que su restaurante pueda reabrir «lo antes posible», concluyó.