Lo ocurrido la noche del miércoles en Peñíscola, cuando un grupo de manteros agredió a dos policías locales tras expulsarlos del paseo marítimo, no es un hecho aislado. Ocurre casi a diario en las playas y paseos de los principales municipios de la costa castellonense y los enfrentamientos entre los agentes y los vendedores ilegales se han convertido este año en algo más que habitual. Quien lo constata son los propios agentes que cada tarde tratan de impedir que el top manta campe a sus anchas por Orpesa, Peñíscola, Benicàssim o Burriana, municipios (sobre todo los dos primeros) donde se focaliza el problema.

Para la Policía Local, poner freno a la venta de gafas, bolsos y camisetas falsificadas resulta cada vez más complejo. Y lo es por varios motivos: cada vez hay más vendedores, están mucho mejor organizados y la desesperación por conseguir algo de dinero ha aumentado su agresividad. “Es un fenómeno que va en aumento. En Orpesa, hay algunas quejas de vecinos y comerciantes, pero sobre todo este año hemos detectado un incremento de las agresiones y amenazas hacia nuestros agentes. Ya son un hecho común”, cuenta Clemente Rodrigo, intendente jefe de la Policía Local.

En la localidad, el top manta se concentra sobre todo en el paseo marítimo de la playa Morro de Gos y en una zona peatonal de Marina d’Or. “Estamos siempre vigilantes y en lo que llevamos de verano hemos realizado 120 actuaciones y hemos decomisado mucho material”, dice Rodrigo.

En Benicàssim, el fenómeno es menos intenso y la Policía Local ha encontrado una fórmula de disuasión que funciona bien. “Intentamos que no monten la parada. Tenemos 7 kilómetros de playa y no siempre es fácil evitarlo, pero hasta ahora no tenemos demasiados problemas”, dice Eugenio Capitán, jefe de la Policía.

Si la agresividad de los vendedores empieza a ser un problema serio, el otro es el beneplácito con el que los turistas tratan a los manteros. “Mucha gente no entiende la actuación policial y se pone al lado de ellos, aunque tienen que saber que detrás de esas personas se esconde toda una organización”, sentencia Capitán.

MAYOR COORDINACIÓN // Los ayuntamientos saben perfectamente que el control de la venta ilegal es competencia municipal, pero también inciden en que ellos solos no pueden finiquitar el problema. Peñíscola ha pedido ayuda al Gobierno en varias ocasiones y en el resto de localidades también son partidarias de una mayor coordinación entre las policías locales y la Guardia Civil. “Echamos en falta una mayor implicación de las fuerzas de seguridad del Estado”, explica Rodrigo.

Y, ¿qué dice el Gobierno? La Subdelegación insiste en que se trata de un asunto de “competencia municipal” y desmiente la existencia de falta de coordinación. “La Guardia Civil está dispuesta a colaborar con la Policía Local y lo está haciendo, aunque tal colaboración ha de realizarse sin retraer agentes de su principal cometido, la seguridad ciudadana”, concluye el subdelegado, Antonio Lorenzo. H