España entera se vuelca con el grito de auxilio por la desaparición de Rosa Elena

El inexplicable caso de la mujer desaparecida en Castellón ha provocado un aluvión de reacciones de la prensa nacional y de personas influyentes

España entera se vuelca con el grito de auxilio por la desaparición de Rosa Elena Solsona

Víctor Meseguer

La desesperación de Miguel Ángel, marido de Rosa Elena Solsona, ha traspasado las barreras de la provincia de Castellón.

El inexplicable caso de Rosi, que así es como llaman cariñosamente a la mujer castellonense desaparecida, ha provocado un aluvión de reacciones de la prensa nacional y de personas influyentes que no han dudado en dar visibilidad a la noticia.

El vídeo que compartió Miguel Ángel, en el que describe las últimas horas en las que tuvo noticias de su mujer y su apariencia física, ha sido compartido por miles de personas.

La angustia sigue creciendo y el grito desesperado de la familia de Rosa llega cada vez más lejos con tal de que alguien pueda dar con el paradero de Rosa.

Las últimas imágenes

Del visionado de algunas cámaras de seguridad logradas por el marido y los allegados de la mujer, que recorrieron ayer numerosas gasolineras y empresas para intentar detectarla en su trayecto, se ha podido extraer la última imagen que hay de Rosa Elena Solsona Catalán. Es de las 9.58 horas del domingo en una gasolinera de les Alqueries. Concretamente, de la gasolinera CEPSA de la nacional 340.

El coche de la desaparecida al paso por la gasolinera CEPSA de les Alqueries el pasado domingo.

El coche de la desaparecida al paso por la gasolinera CEPSA de les Alqueries el pasado domingo. / Mediterráneo

Un viaje a El Rocío este mismo lunes

El domingo, cuando se perdió el rastro de la mujer, la pareja preparaba con ilusión un viaje a El Rocío. "Ella se había pedido las vacaciones y estábamos con temas logísticos de las maletas y los niños", recuerda su marido, quien estuvo con ella aquella mañana.

"Me dijo que se iba un momento a las cuadras, que volvía para comer y yo encargué un pollo", explica, haciendo memoria sobre aquella mañana. "A las 13.00 horas, al no tener noticias de ella, ya me extrañó; pero cuando vi que no había cogido el móvil empecé a preocuparme en serio. Cuando dieron las tres de la tarde ya supe que algo malo estaba pasando", señala el hombre en conversaciones con Mediterráneo.

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