Salvador Navarro, presidente de la Confederación de Empresarios de la Comunita, analiza en esta entrevista el golpe que ha dado la crisis al tejido productivo valenciano y lo hace un día antes de celebrar la asamblea anual de la CEV en Castelló, un acto que clausurará el rey Felipe VI.

--La CEV celebra mañana su asamblea anual en Castelló y la clausura correrá a cargo del rey Felipe VI. ¿Qué supone este acontecimiento histórico?

--Para nosotros es un orgullo que Su Majestad haya aceptado nuestra invitación y que presida la clausura de la asamblea general de la Confederación que este año, además, celebramos por primera vez en Castelló. Agradecemos profundamente su dedicación en favor de la cohesión y la convivencia, y su constante apoyo al mundo empresarial con el que contribuye al mayor progreso económico de nuestro país. El Rey es el mejor valedor de marca España y que nos acompañe en el acto anual más importante de la Confederación es una verdadera alegría. La confirmación de su asistencia es una muestra de apoyo al tejido empresarial de la provincia, de la Comunitat Valenciana y del país

"El Rey es el mejor valedor de la marca España y que esté en Castellón es una alegría para todos"

--Esta es la primera vez que la CEV celebra su asamblea anual en Castelló. ¿Cómo se puede interpretar este hecho? 

--La elección de Castellón para celebrar nuestra asamblea general se debe, precisamente, a esa apuesta que hicimos ya hace 4 años de crear un proyecto integrador y de unidad empresarial pero que, a su vez, tuviera en cuenta y defendiera la idiosincrasia del tejido empresarial de cada una de las tres provincias. Queremos que Castellón, Valencia y Alicante se sientan identificadas y representadas con el proyecto de la CEV y, por supuesto, este acto es un reconocimiento al tejido económico y a los empresarios castellonenses tras un año complicado. Nuestra intención era haber celebrado nuestra pasada asamblea en Castellón, pero la pandemia trastocó todos nuestros planes. Así que se este año teníamos que celebrarla aquí, se lo debíamos a Castellón. Poder hacerlo además bajo la presidencia de Su Majestad es ya un regalo para todos.  

--¿Qué espera Salvador Navarro de la asamblea de mañana?

--Espero hacer evidente el compromiso de las empresarias y empresarios con la sociedad y dar una muestra de unidad. Estoy orgulloso de la capacidad de respuesta que han tenido las empresas de la Comunitat durante la pandemia, desde los sectores esenciales a aquellos que supieron reconvertirse para atender a las nuevas demandas; pero también de adaptarse a restricciones y normativas cambiantes, comportando en algunos casos la inactividad total del negocio. Es admirable que, a pesar de estas dificultades, la prioridad haya sido garantizar la seguridad y salud de los trabajadores y mantener los puestos de trabajo.

-- Los últimos 14 meses han sido muy duros para todos y también para las empresas valencianas. ¿Cómo ha sido el golpe para el tejido empresarial de la Comunitat? 

--El golpe más duro ha sido para las empresas que se han quedado por el camino y con ellas los miles de trabajadores que han perdido su empleo. Además, aún a día de hoy hay 82.000 personas en la Comunitat acogidas a un ERTE. Los problemas de liquidez que advertimos al principio se han convertido en problemas de solvencia y eso significa cierres de empresas. La Administración tardó demasiado en reaccionar.  

--La Administración, sobre todo la autonómica, ha desplegado una batería de ayudas a las empresas, y el Gobierno ha puesto en marcha los ERTE y ha anunciado un plan de casi 700 millones de euros en ayudas directas a pymes y autónomos. ¿Les ha llegado el dinero? ¿Son suficientes las partidas?

--Es cierto que se han implementado ayudas, pero sabemos que nunca van a ser suficientes ni tampoco han llegado a tiempo para algunas empresas y autónomos. Desde el inicio de la pandemia reclamamos ayudas directas para los sectores afectados por las restricciones. No es coherente obligarte a cerrar tu negocio y no compensarte de alguna forma por ello; es más, seguir teniendo que acarrear cargas impositivas con actividad cero. Respecto a los ERTE, creo que es una herramienta que se ha demostrado que ha funcionado muy bien y que ha ayudado a contener la destrucción de empleo. Hay una nueva negociación sobre la mesa y creemos que sigue siendo necesaria tanto su prolongación como su flexibilización hasta que mejore la situación sanitaria. 

--Desde que estalló la pandemia, desde la CEV han sido muy críticos con el Gobierno y, sin embargo, han apoyado el grueso de las decisiones de la Generalitat. ¿Cree que al Ejecutivo central el traje le ha venido grande?

--Es cierto que nos encontramos ante una situación sobrevenida y es difícil juzgar si se podría haber hecho mejor, pero en un primer momento desde el Gobierno se generó mucha incertidumbre en el tejido empresarial y esto hacía imposible operar con garantías frente a numerosos cambios normativos y decisiones de última hora. Por suerte, la situación se ha ido encauzando a través de acuerdos. Precisamente este ha sido el éxito de la Comunitat Valenciana, que ha dado ejemplo de la importancia del diálogo social entre empresas, sindicatos e instituciones. Ha habido aciertos y errores, pero todos hemos cedido para conseguir alcanzar acuerdos en busca del beneficio común. 

"El Golpe más duro lo han recibido aquellas empresas que se han quedo en el camino y con ellas los miles de trabajadores que han perdido su empleo"

--En los últimos meses todo el foco (y las esperanzas) se han puesto en las vacunas. Y aunque al principio el ritmo de vacunación marchaba a trompicones, en las últimas semanas ha cogido carrerilla. ¿Cuándo considera que las empresas y la economía valenciana podría recuperar la normalidad y empezar a crecer con fuerza?

- Como bien dice las esperanzas están puestas en las vacunas. Por ello, acelerar con urgencia el plan de vacunación y alcanzar un alto porcentaje de población vacunada en el periodo más corto posible es la única solución para liberar la economía y a las empresas de todas las restricciones a su actividad cuanto antes. Nosotros estamos trabajando con la Conselleria de Sanitat para que así sea y, de hecho, hemos firmado un acuerdo con la Generalitat y la Fundación CEOE para que el sector privado pueda colaborar cuando haya vacunas, a través de los propios servicios médicos y también de las mutuas. No en vano, el 38% de la población somos trabajadores.

--Las vacunas son la mayor esperanza y los fondos europeos, también. ¿Teme que una excesiva burocracia o una gestión ineficaz provoque que se pierda un tren que se presenta histórico?

--Efectivamente. Los fondos europeos son una oportunidad única en un país endeudado como es el nuestro. Pero debe quedar claro que no todo vale para conseguir estas ayudas. Bruselas es exigente y hay unas condiciones que cumplir. Lo que nos preocupa es que la excesiva burocracia de la administración nos pase factura y el tren de las ayudas pase de largo. Hemos perdido una oportunidad única durante esta pandemia para mejorar el aparato burocrático y conseguir una administración ágil y eficiente. Esperemos que la burocracia no frene proyectos.

--En apenas unos días se acaba el estado de alarma. ¿Cree que el Gobierno hace bien en no prorrogarlo? ¿Cuál cree que debe ser el escenario a partir del 9 de mayo?

--Lo que creo es que no podemos generar más incertidumbre y que debemos centrarnos en la vacunación. No tener un marco de actuación común mínimo en todas las autonomías puede generar problemas, así como diferencias entre territorios. Ante esta situación y con la crisis sanitaria aún sin zanjar debemos apelar a la responsabilidad de nuestros políticos, pero también a la individual.