El Banco de Alimentos de Castellón ha incorporado tarjetas monedero para ayudar a quienes más lo necesitan. El presidente del Banco de Alimentos, Santiago Miralles, señala que con ellas los beneficiarios pueden ir directamente a los centros a adquirir los productos que precisen. «Pueden comprar carne, pescado, verduras, frutas y artículos de higiene», explica. Una iniciativa que se complementa con la ayuda alimentaria. 

Además, el Banco se ha adherido a la iniciativa Nadie sin su ración diaria, que digitaliza el sistema de donaciones de forma que las personas que desean colaborar económicamente pueden hacerlo. «Tenemos dos máquinas instaladas en el Mercado Central para recaudar fondos, que van directamente a una cuenta y ese dinero sirve para recargar las tarjetas monedero», señala. El ciudadano también se puede bajar la aplicación con el QR y desde el móvil se puede donar. «Si quieres dar un euro, uno si no dos», manifiesta. «Tiene una trazabilidad que permite saber a dónde va el dinero».

El objetivo, señala, es quitar las «colas del hambre». Y es que, explica, hay muchísima gente que le da apuro recurrir a ayuda alimentaria. «Hay gente que te comenta. En la vida hubiera imaginado que tendría que recurrir a pedir comida. He vivido muchas crisis en mi vida laboral, pero creo que este es uno de los momentos más difíciles que le ha tocado vivir, no solo a Castellón sino a la humanidad», confiesa Miralles.

Un alud de peticiones por el covid

El Banco ayuda a 18.000 personas a nivel provincial. La pobreza ha ido aumentando y ello nos obliga a atender a todas las personas. Esta es una entidad apolítica y aconfesional. «En estos momentos estamos desbordados, pero ya no solo por el covid, sino también por lo que se arrastra. Gente joven que no está cobrando ERTES, matrimonios jóvenes que ambos trabajaban y ahora están en el paro, y lo poco que les ingresan es lo justo para pagar un alquiler o una hipoteca. Y, si pagan, no pueden comer. Nosotros nos vemos obligados a ayudar a estas personas a que, por lo menos, puedan comer todos los días de la semana todo el mes».

 Entre 10.000 y 11.000 personas se atendían antes del covid. Teníamos 92 entidades de reparto y ahora tenemos 98. 

Una labor de todos

«Nos tenemos que concienciar todos que esto no es labor de uno, ni de dos ni de tres. Tenemos que concienciarnos todos. Hemos de ser conscientes de que lo que nos ha dado la vida con nuestro esfuerzo y sacrificio tenemos que ayudar a quienes por desgracia no lo podemos tener».

En estos momentos el almacén está prácticamente vacío. Por eso «donde no llegamos con productos llegamos con las tarjetas, para ayudar a que las personas puedan comer todos los días», expresa el responsable. Además de los fondos que llegan cada cuatro meses del Ministerio y del FEGA (Fondo Europeo) el Banco recibe donaciones de empresas y adquiere alimentos con recursos propios. La última adquisición ha supuesto 14.000 euros. «Preparamos los pedidos para enviarlos a la unidad de reparto los distribuya», refleja.

Para recibir la ayuda, las familias tienen que acudir a los Servicios Sociales, pero como muchos centros no atienden presencialmente, también hay una asistenta social que agiliza los trámites para facilitar el acceso a los solicitantes. Todo esto no sería posible sin el equipo humano del Banco de Alimentos, de Diputación, Ayuntamiento de Castelló y benefactores.

Así, el Ayuntamiento de Castelló ha donado a la entidad un camión isotermo, mientras que Diputación ha suscrito un convenio para extender el programa Nadie sin su Ración diaria a otros puntos de la provincia.