La narcolancha vacía hallada el lunes en la costa de Orpesa, a la altura de la Renegà, es una auténtica Fórmula 1 del mar. Así son conocidas estas embarcaciones usadas por los narcotraficantes para transportar grandes cantidades de droga. Conjugar una gran capacidad de carga en un mínimo espacio con una importante punta de velocidad para esquivar los controles es el reto que resuelven estos vehículos diseñados al milímetro.

En primer lugar, están equipadas con varios motores de 300 CV de potencia –pueden llevar hasta ocho en popa--, con lo que alcanzan velocidades y una maniobrabilidad muy altas, lo que dificulta enormemente su interceptación si son detectadas. Por otro lado, suponen también un riesgo para el resto de embarcaciones que van por el mar e incluso para los practicantes de actividades náuticas. El coste medio es de una como la hallada esta semana en Castellón (así fue retirada) es de unos 500.000 euros.

Narcolancha hallada el lunes en Orpesa. ERIK PRADAS

Es por ello que necesitan una gran cantidad de combustible, normalmente almacenado en garrafas de 20 litros. No es extraño pues que en las operaciones policiales que consiguen desmantelar redes de narcotráfico se les halle en su poder miles de litros.

Maximizar el espacio

En este tipo de lanchas, maximizar el espacio disponible es fundamental, por lo que en la parte central se sitúan los asientos del piloto y sus subalternos, a modo de espina dorsal. Más hueco para los fardos de hachís, que pueden tener un tamaño medio de unos 30 kilos, y también para el combustible necesario.

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Según explican fuentes policiales desde la costa gaditana –una zona especialmente castigada por este fenómeno--, la tarifa habitual que se lleva el conductor de la narcolancha por noche son 20.000 euros, ya que se paga no solo la pericia de guiar una lancha de tanta potencia, sino el riesgo de ser capturado. En cuanto a los porteadores, suelen cobrar 2.000 euros por noche por distribuir la carga e ir agarrado al asiento de forma precaria, como si montara en un rodeo.