Castellón se adentra en la época crítica para los incendios. El año pasado, los meses de julio a octubre concentraron la mayor parte de incendios forestales en la provincia. El abandono del monte, el aumento de la vegetación por las lluvias y la mayor afluencia a espacios naturales en busca de sitios libres de covid obligan a extremar las precauciones en un verano que puede ser más cálido de lo normal.Mayor afluencia al monte

Mayor afluencia a los montes

Según explica Fernando Kindelan, jefe de la sección forestal del Consorcio de Bomberos,  se prevé una alta afluencia de personas a las zonas recreativas y a los montes de la provincia este verano, lo que eleva el riesgo de que se produzca una imprudencia.

Abandono del campo

Castellón es la provincia de la Comunitat con un mayor porcentaje de superficie forestal, la cual ha experimentado un avance en los últimos años. Entre 1975 y 2008 creció a un ritmo de 3.300 hectáreas anuales como consecuencia del abandono de la superficie cultivada, según se desprende del Plan de Acción Territorial Forestal de la Comunitat. Solo entre 2009 y 2019 se han perdido en la provincia 11.087 hectáreas de cultivo, según la Conselleria. 

Mayor vegetación por lluvias

Este fenómeno tiene una cara B: la falta de mantenimiento propicia que en muchas zonas haya árboles caídos o enfermos y una abundante masa vegetal que ha crecido animada por las precipitaciones, lo que puede convertir el monte en un polvorín conforme avance el estío y se seque.

Climatología adversa

La propia consellera de Justicia, Gabriela Bravo, durante la presentación del Plan de la Generalitat contra incendios forestales, ya alertó que «el aumento de lluvias que ha tenido lugar esta primavera genera un riesgo mayor de incendios, sobre todo si durante el verano nos encontramos ante días de poniente».

Falta de responsabilidad

«Debemos lanzar el mensaje de responsabilidad para reducir el número de igniciones que se producen cada día. Afortunadamente disponemos de unos medios de extinción muy eficaces. Todos los días se producen muchos conatos que no pasan de ahí gracias a la rápida actuación de los equipos. Pero puede llegar un día que no sea así», señala Ferran Gandia, miembro de la mesa forestal de la Comunitat y de Acció Ecologista Agró, que advierte que «el problema está en el comportamiento de las personas.

La mano humana está detrás del 80% de los siniestros forestales de la Comunitat, aunque en Castellón tienen, comparativamente, un peso mayor los provocados por rayos porque hay más tormentas.

Igualmente, Kindelan apela a la responsabilidad y a que «si la gente va al monte no encienda fuego bajo ningún concepto y que evite el uso de maquinaria que pueda ser peligrosa». «Los incendios se producen con muchísima facilidad. No existe la situación de fuego bajo control, cualquier imprudencia produce un siniestro, sobre todo en estos ecosistemas mediterráneos, donde la vegetación arde con facilitad y rapidez. Seguimos estando en una zona con un elevadísimo riesgo de incendios y de que estos sean graves», añade Kindelán.

Por ello, Gandia insta a seguir a rajatabla los mensajes de la administración pública. «Todavía hay muchos que hacen fuegos cuando no toca. Prevención significa reducir las causas de los incendios forestales. No podemos evitar que se produzcan tormentas, pero sí en el 80% de los causados por la mano del hombre», añade. Por ello, anima a seguir los planes locales de quemas y, si está prohibido hacerlas, obedecer a pies juntillas. Además, insta a la administración a apoyar la adopción de sistemas alternativos, como la trituración de restos de poda, con sistemas municipales o mancomunados. «Con esto estaríamos actuando sobre el 50% de los incendios», añade.

Respecto a los propiciados por causas naturales apunta que «los servicios de vigilancia de la Generalitat, cuando hay tormentas, hacen seguimiento sobre dónde han caído los rayos. Tienen un mapa y van punto por punto a ver cómo está la zona para prevenir incendios por fuegos latentes».

Sanciones

Gandia defiende un sistema sancionador ágil y ejemplarizante para que la gente capte el mensaje de que no cumplir con las normas no sale gratis.

Más riesgo en la segunda mitad del verano

el riesgo de incendios existe todo el año pero en verano aumenta por las condiciones ambientales de menor humedad y temperatura más elevadas. Lo explica Ferran Gandia, miembro deAcció Ecologista Agró, que señala que, tras una primavera con precipitaciones abundantes, las gramíneas habrán crecido mucho y ello favorecerá los incendios. Pero si hubiera sido una estación de baja pluviosidad, esta vegetación estaría muy seca y también tendríamos un elevado riesgo. Por ello, apela a no bajar la guardia.

Ya en 2020, aunque el verano fue más seco de lo habitual, la clave estuvo en las precipitaciones de la primera mitad del año. Quizá por ello y las especiales circunstancias del covid, la provincia solo registró 43 incendios forestales el año pasado.

Sin embargo, el riesgo de incendios no desaparece. «Estas condiciones cálidas y húmedas son las más propicias para el crecimiento de la vegetación y el aumento de la masa combustible en la zona forestal. Habrá que tenerlo en cuenta cara a los próximos años, que pueden no tener una meteorología tan benigna», advierte a Conselleria.

A juicio del jefe de la sección forestal del Consorcio, Fernando Kindelan, las lluvias primaverales hacen disminuir la probabilidad de que haya incendios violentos en la primera mitad del verano debido a la humedad que ejerce de escudo protector de la vegetación. Sin embargo, el riesgo en los últimos años se va trasladando al final del verano. «Nos tememos más la segunda mitad porque cabe la posibilidad de que hará mucho calor y con los vientos de poniente, esa humedad que tenemos de reserva al final del verano se ve bastante disminuida», advierte Kindelan.