Fernando Escriche. Carnicero

La electricidad es un servicio esencial en todos los negocios, pero para una carnicería todavía más. Todos los productos tienen que permanecer en fresco y la maquinaria con la que se pica la carne o se elaboran de manera artesanal hamburguesas, croquetas o filetes empanados funciona con luz. «El aumento de la tarifa lo sufrimos y no poco. Hay locales que han pasado de pagar 500 euros al mes a 700», describe Fernando Escriche, propietario de la carnicería Escriche y Cultura del Sabor, ambas en Castelló y presidente del Gremio de Carniceros-Charcuteros.

Por el momento, el alza de la luz la han asumido los propietarios de las carnicerías, aunque en el sector no saben cuánto tiempo más podrán aguantar sin tocar los precios. «Las carnicerías estamos asumiendo el sobrecoste, pero si esa situación se alarga en el tiempo al final lo acabará pagando el consumidor», aventura el representante de un gremio compuesto por unos 180 profesionales en la provincia.

Otro problema añadido es la competencia con las grandes superficies. «Tienen más margen y la subida de la luz a nosotros nos perjudica más». 

Joan Tena. Dentista

Cuando los hermanos Joan y Gracia Tena abrieron su clínica dental en Moncofa, hace cuatro años, apostaron porque las instalaciones fueran lo más eficientes energéticamente posible. «Es un tema que siempre nos ha preocupado y en la clínica, por ejemplo, toda la instalación es led, con lo que el consumo eléctrico es más bajo», explica Joan.

Pese al uso de la tecnología led en sus instalaciones, a estos odontólogos la última factura de la luz les ha puesto los pelos de punta. «Hemos pasado de pagar 140 a 480 euros al mes», cuenta Joan que ha optado por cambiar de inmediato de compañía eléctrica.

La clínica dental Tena, como casi todos los establecimientos odontológicos, está abierta al público de 10.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 20.30 horas, una franja que tras las nuevas tarifas que entraron en vigor el pasado 1 de junio coincide con el momento en el que la luz es más cara. «No podemos citar a los pacientes a las 3.00 de la madrugada», explica medio en serio medio en broma Joan, quien añade que una alza tan desorbitada es una ruina. 

Juan Hernández. Peluquero

Secadores, planchas, aire acondicionado... las peluquerías son otro de los negocios más afectados por la subida desorbitada del precio de la luz. «Las barberías de la provincia han pasado de pagar una media d e 100 euros al mes a 150 euros, y las peluquerías de señora, de 150 a unos 280 euros», explica Juan Hernández Gil, peluquero de Castelló,  secretario del gremio provincial y vicepresidente de la asociación nacional.

Hernández insiste en que para este sector esquivar el alza del gasto en electricidad es complicado. «La luz es justo más cara mientras trabajamos. No podemos poner una peluquería nocturna. Sería un absurdo», dice mientras cuenta que un secador profesional ya consume 1.200 W. «El 90% de peluquerías en la provincia somos pequeñas y con tarifas por debajo de 10 kw/h.».

El alza de los precios de la electricidad es la puntilla para un sector muy afectado por la pandemia y que lleva años luchando por la rebaja del IVA. «Muchos compañeros ya no pueden más y están tirando la toalla. Es una pena, pero esa es la realidad».