Una ejecutiva más pequeña, más paritaria y que refleje los cambios de la sociedad y los nuevos valores del partido. Esta es la hoja de ruta marcada por el secretario general del PSPV, Ximo Puig, a la hora de elegir los nombres que ocuparán las principales áreas de gestión. Lo que no varía son los equilibrios territoriales, que a su vez también son una pista que deja a las claras las apuestas que tiene reservadas para Castellón.
Dos son los nombres que suenan con más fuerza. Por un lado, el de la alcaldesa de la Vall d’Uixó, Tania Baños, y por otro el presidente de la Autoridad Portuaria de Castellón, Rafa Simó. En el caso de la primera edila de la Vall suma los buenos resultados electorales en su localidad, ya que en el 2015 logró arrebatar la alcaldía al Partido Popular, y mejorar su peso en el consistorio en el 2019. Además forma parte del grupo socialista de la Diputación en las áreas de Deportes y Memoria Histórica.
Por su parte, Rafa Simó fue edil de Castelló, donde ejerció las responsabilidades en el área de Urbanismo. En el pasado año su trayectoria institucional dio un giro radical, al dejar el Ayuntamiento para pasar a ser el máximo responsable de PortCastelló, en sustitución de Francisco Toledo. A menos que haya sorpresa mayúscula, ellos dos serán los principales referentes castellonenses.
Cambios de piezas
Por otro lado, las variaciones en el organigrama del PSPV pueden tener un efecto inmediato en la organización de Castellón. Hay posibilidades de que el actual secretario general provincial, Ernest Blanch, pase a desempeñar alguna responsabilidad en la ejecutiva nacional de los socialistas valencianos. De esta forma se resolvería la situación que puede plantearse a la vuelta de la esquina. El alcalde de l’Alcora, Samuel Falomir, quiere optar al cargo de Blanch, respaldado por algunos pesos pesados de la formación, especialmente de grandes localidades. La medida justificaría una salida al todavía secretario provincial, y despejaría el camino de Falomir.
Otra posible incorporación al PSPV podría ser la del alcalde de Vila-real, José Benlloch. Tiene a su favor su condición de gobernante en la segunda ciudad más grande de la provincia, en la que ha sido capaz de encadenar mayorías absolutas, lo que le puede abrir el camino como referente del socialismo autonómico. Su entrada dependerá del resultado de las negociaciones. El que ya estaba en el ejecutiva y tiene todos los números para repetir es Francesc Colomer. Su gestión al frente de la política turística de la Generalitat en la peor crisis de la historia para el sector supone su mejor aval.
