El río Lucena ha sido el lugar escogido para escenificar una curiosa y original reivindicación por parte de la Asociación de Agentes Medioambientales, cansados de que sus insistentes peticiones no hayan obtenido hasta el momento una respuesta satisfactoria por parte de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica.
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El día 30 de noviembre ya mostraron su malestar con una movilización a la que se sumaron todas las agrupaciones sindicales que representan al colectivo. Dado que un mes después no hay noticias sobre la resolución de las carencias que vienen exponiendo, como la renovación de la flota de vehículos y los uniformes, la revocación de la externalización de servicios o los problemas organizativos, han pasado de confiar en el poder humano para encomendarse al sobrenatural. En concreto, fían su destino a la mítica Bola de Drac, que arrasó entre los niños y jóvenes --y más de un adulto-- en los 80.
Con el propósito de dar visibilidad a su situación y sus demandas, a través de sus redes sociales aseguraron haber encontrado alguna de las emblemáticas y poderosas bolas que motivaban y enfrentaban a los protagonistas de la serie televisiva inspirada en el manga creado por Akira Toriyama.
Mítica serie televisiva de los 80
Recordando la trama de una producción que emitió en su época la televisión autonómica con gran éxito de audiencia, aseguran que «no pararemos hasta que encontremos las que faltan, para invocar al dragón mágico y pedirle aquello que no hemos conseguido de nuestros dirigentes».
Desde la asociación inciden en que, al recurrir a esta broma no pretenden trivializar su reivindicación, más bien todo lo contrario. Utilizan un reclamo como este desde «la frustración» porque, como denuncian, «todavía esperamos los 70 vehículos que nos prometieron para el año 2021», así como «los uniformes para los nuevos 35 agentes interinos, que llevan más de 3 meses trabajando con ropa prestada».
Estos profesionales responsables del cuidado del entorno natural de la Comunitat Valenciana, insisten en que solo piden «unos medios y recursos dignos», así como equiparar su situación a la de sus compañeros de otras comunidades autónomas donde, por ejemplo, cuentan con chalecos antibalas para realizar las inspecciones de caza, una protección que la Generalitat valenciana les ha negado expresamente.