El 2021 no ha sido un buen año para el sector de la automoción, que se ha visto afectado por las restricciones a la movilidad en los primeros meses del año, para llegar a una recta final en la que la falta de suministro de microchips ha afectado a la cadena logística y las oportunidades de ventas. Los datos de matriculaciones ofrecidos por las patronales de la automoción muestran que en Castellón se vendieron 8.557 coches, lo que supone un descenso del 11,23% sobre el 2020, y lejos de llegar a las cifras previas a la crisis del covid. A la espera de que la recuperación empiece en el 2022, hay un detalle que llama la atención, y es el avance continuo de los modelos considerados más sostenibles.
Si a mediados de año la venta de híbridos ya superaba a los diésel, el cierre del ejercicio muestra que la suma de híbridos y vehículos eléctricos en Castellón está a punto de duplicar las matriculaciones de los diésel, que hasta no hace mucho tiempo lideraban con diferencia las preferencias de los conductores. Las cifras aportadas por Faconauto, la patronal de los concesionarios, muestran que en el año pasado fueron 1.401 los turismos y todo terreno diésel matriculados en la provincia, lo que supone una caída del 35,65% respecto al 2020. En cambio, la suma de híbridos y eléctricos en estas categorías fue de 2.525. A menos de 300 de multiplicar por dos a los antiguos dueños de la carretera.
Por tipos
Los híbridos registraron un total de 2.207 matriculaciones entre turismos y todo terreno, lo que supone una mejora del 25,98% respecto al conjunto del año pasado. Mayor fue la evolución de los eléctricos, al avanzar un 80,43%, si bien este parque sube de forma más limitada. Fueron 498 las ventas totales, aunque hay indicios de un gran crecimiento en los próximos años.
Para iniciar la remontada, desde el sector de formulan varias propuestas que incentiven las ventas. El director de comunicación de Faconauto, Raúl Morales, expresó que en la automoción «hemos sufrido dos años consecutivos de pandemia», al estar afectados por los «vaivenes de la crisis sanitaria» y «el impacto de la crisis de los microchips, con la consecuente falta de estoc». Por parte de la asociación de vendedores de vehículos (Ganvam), Tania Puche añadió a las actuales circunstancias adversas «los efectos de la falta de voluntad política para neutralizar la subida del impuesto de matriculación», por lo que el actual escenario «nos hace fiar la recuperación al 2023».
Noemí Navas, desde la organización de fabricantes de vehículos Anfac, señaló como motivos para la esperanza la previsión de que la «situación coyuntural de los microchips» irá mejorando a medida que pase el recién estrenado año, mientras que hay esperanzas con las ayudas públicas y los fondos europeos para impulsar la electrificación del parque de coches.
