Mascarilla sí o mascarilla no en exteriores. Este es el nuevo debate generado una vez que la sexta ola ha mostrado claros síntomas de ir en descenso. La obligatoriedad de esta medida se ha ido regulando en los últimos meses de acuerdo a la situación epidemiológica. Así el pasado mes de junio, cuando se creía que la pandemia estaba casi en el olvido gracias la vacunación, el Gobierno central anunció su retirada en espacios al aire libre. Una decisión que cambió a las puertas de Navidad cuando el estallido de contagios era una realidad.
Con estos antecedentes, este asunto vuelve a estar sobre la mesa después de que comunidades como Madrid, Cataluña, Castilla y León, Castilla-La Mancha o Galicia se hayan pronunciado a favor de ir retirando el uso de las mascarillas en exteriores al no ser necesarias ante el descenso de contagios. Un debate que se reabre justo cuando el pasado martes el Congreso dio el visto bueno al decreto ley que contempla la obligatoriedad de su uso en el exterior, aprobado antes de Navidad.
De momento, la Comunitat no se postula junto a estas autonomías y aboga por mantenerla durante más tiempo. El president de la Generalitat, Ximo Puig, manifestó ayer que la mascarilla es en estos momentos «el efecto más emblemático, más simbólico y eficaz para contener la pandemia» de coronavirus, por lo que cualquier paso para su retirada ha de ser «muy sopesado» y «prudente».
El jefe del Consell consideró que todavía es «importante que, en la calle, cuando hay tantas personas que se contagian, se sepa que estamos en pandemia».
El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas trataron esta cuestión en el Consejo Interterritorial del Sistema de Salud. La ministra Carolina Darias insistió en que es «una medida temporal» que cada vez está más cerca de «modularse», es decir, de eliminarse debido al descenso de contagios, aunque no dio fecha.
Casi únicos en Europa
Justo ayer Francia levantó una serie de restricciones que estaban en vigor desde el mes de diciembre, como la mascarilla en espacios exteriores, que deja de ser obligatoria. Otro países como Reino Unido, Alemania, Portugal o Bélgica ya no obligan a llevarla por la calle, aunque en la mayoría sí se mantiene en comercios, colegios o transporte público.