El Periódico Mediterráneo

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OTROS CASOS EN CASTELLÓ Y BENICÀSSIM

Vecinos del Paseo Morella de Castelló denuncian los daños y amenazas de unos okupas

Residentes en el número 20 hablan de «inacción policial» y están «desesperados»

Un vecino muestra el interfono de su finca, destrozado por los okupas.

El problema de la okupación afecta de norte a sur y de este a oeste de la provincia. Si en las últimas semanas han sido noticia las molestias vecinales provocadas en un edificio tomado por intrusos en la calle Bad Salzdetfurth Benicàssim o en ocho viviendas okupadas de la calle Joaquín García Girona --en la zona de la UJI--, residentes en el Paseo Morella de la capital también denuncian ahora la «desesperada situación» que dicen vivir. 

Este diario recogió ayer las quejas de vecinos del número 20, quienes critican la «inacción policial» pese a las numerosas llamadas que efectúan, dicen, a los agentes. Afirman que en la finca hay un único inmueble tomado de forma ilegal, en la cuarta planta. Sin embargo, acusan a sus problemáticos moradores de «arrancar los timbres del portal», «causar daños en los contadores» y «engancharse a la luz». 

Edificio con una vivienda okupada en el Paseo Morella de la capital. ÉRIK PRADAS

Especioso Vicente, de 74 años, es una de las personas que reside en el edificio y dice sentirse «impotente» ante la situación. «A mí han llegado a amenazarme y a decirme que si volvía a llamar a la policía me acusarían de agresión sexual. ¡A mis 74 años!», relató el hombre a este periódico. 

Los residentes en la finca hablan de «ruidos nocturnos», «trasiego de gente», «desperfectos en zonas comunes» y un comportamiento «agresivo». «Han venido muchas veces tanto la Policía Local, como la Nacional; pero causa mucha desprotección ver que no hacen o no pueden hacer nada», lamenta Vicente en conversaciones con este rotativo.

Testigos de esta okupación aseguran que los intrusos llevan un nivel de vida cuanto menos llamativo. «Por una parte, se enganchan a la luz y entran en un piso de forma ilegal; pero después llevan un Renault Megane. ¡Y el colmo fue ya el día que llegaron para instalarles internet dentro de la casa!», relataron los afectados, quienes abordan las molestias vecinales en sus reuniones de escalera.

Raval Universitario

En el caso del Raval Universitari, el hartazgo empieza a ser mayúsculo. Como publicara ayer Mediterráneo, vecinos del bloque de viviendas de alquiler asequible gestionado por la Generalitat valenciana con ocho pisos tomados por un grupo de okupas, denuncian que la convivencia en la zona resulta cada vez más complicada. Y la gota que ha colmado el vaso ha sido la utilización por parte de los intrusos de escopetas de perdigones para abatir palomas y gatos. «La situación ya se nos va de las manos y cualquier días tendremos un susto», lamentan varios residentes.

Dean Martí

Otro edificio okupado íntegramente de la calle Deán Martí de Castelló causa verdaderos quebraderos de cabeza a los vecinos y es que, como avanzara este periódico a finales del pasado año, una veintena de intrusos tiene amedrentados a los residentes.

El inmueble, según ha podido saber este periódico, pertenece a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Restructuración Bancaria (Sareb), más conocido como banco malo, con la excepción del entresuelo, que en su día compró una familia de Castelló para convertirlo en un local comercial. Interpusieron a finales de agosto una denuncia y están pendientes del juicio para el desahucio.

Benicàssim

En el caso de la finca de la plaza de los Dolores, este diario publicó que los intrusos llevan iPhone y un Peugeot 3008, hechos que caldean los ánimos en un barrio que ha perdido la calma.

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