Es la gran apuesta del Gobierno para frenar las altísimas tasas de temporalidad que hasta hace muy pocos meses habían caracterizado el mercado laboral. El fijo discontinuo, el contrato estrella de la reforma laboral que entró en vigor a principios de año (aunque fue en abril cuando se empezó a aplicar en su totalidad), está sustituyendo al temporal por obra y servicio, una categoría que ya ha desparecido. Su ascenso ha sido vertiginoso y explica en parte el boom del empleo fijo. De hecho y, desde el pasado mes de enero, se han formalizado en Castellón 5.928 contratos fijos discontinuos, una fórmula laboral que ahora la Inspección de Trabajo va a poner bajo la lupa.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunció ayer en el Congreso que la autoridad laboral lanzará la próxima semana una campaña específica contra el posible fraude en la firma de estos contratos indefinidos e intermitentes, que además son los que más han aumentado tras la reforma laboral.
Tras defender esta modalidad de las críticas lanzadas por la oposición (el PP, por ejemplo, asegura que es un contrato temporal encubierto), Díaz reconoció que «le preocupa el fraude», por lo que el Ministerio desplegará una campaña de control de estos contratos. El objetivo será vigilar el buen uso de una categoría que en muy poco tiempo ha pasado de ser prácticamente residual a copar buena parte de las contrataciones.
Los fijos discontinuos ganan terreno cada mes en Castellón y los datos que manejan los ministerios de Trabajo y Seguridad Social no dejan lugar para las dudas: en diciembre del 2021, un mes antes de la entrada en vigor de la reforma laboral, se formalizaron en la provincia 393 contratos de este modelo, lo que supuso el 2,4% el total de contrataciones. En abril, en cambio, los fijos discontinuos ascendieron a 3.439, el 23,6% de los 14.537 acuerdos laborales iniciales registrados en la provincia.
Abril marcó un récord en Castellón en la firma de contratos fijos discontinuos y la principal explicación radica en la temporada turística de la Semana Santa, que disparó el empleo en la hostelería, uno de los sectores que más uso está haciendo de esta categoría contractual. «La reforma laboral establece que los contratos temporales tendrán una duración máxima de 90 días durante un año por lo que la mejor opción para las empresas que necesitan personal en Pascua, verano y Navidad es la de los fijos discontinuos», explica Francisco Sacacia, secretario general de UGT en Castellón.
Estabilidad laboral
Sacacia defiende una modalidad que, a su juicio, aporta grandes ventajas tanto para el trabajador como para la empresa. «Las compañías tienen cierto margen de confianza, ya que van a contar siempre con el mismo trabajador y, si este no acude cuando se le llama, pierde la categoría de fijo discontinuo», argumenta. El asalario cuenta con derechos como la indemnización por despido o la antigüedad.
