Los casos de okupación de todo tipo de viviendas están a la orden del día y las empresas dedicadas a las seguridad en Castellón registran un goteo constante de peticiones de sistemas de seguridad en bloques de apartamentos de Benicàssim, Orpesa o el Grao de Castelló, pero también en masets de Vila-real, l’Alcora, Vinaròs o en villas nuevas de Benicàssim.
No es que sea un boom porque muchas familias no están para la inversión, pero suelen acudir «cuando toca de cerca» y día sí, día también, acuden propietarios «prudentes y de más poder adquisitivo», según señalan profesionales del sector, aunque hay soluciones más económicas y un amplio abanico desde una doble cerradura hasta una alarma personalizada o puerta blindada.
Como publicó Mediterráneo, los casos recientes de okupación de un inmueble en la playa de Nules y una vivienda de lujo en el PAU Lledó han vuelto a poner de manifiesto la indefensión de los propietarios y el riesgo este otoño-invierno con muchas segundas residencias vacías en zonas turísticas, de dueños de Castellón y de otras provincias. En el primer semestre de este 2022, según el Ministerio del Interior, en la provincia se han producido 800 robos con fuerza en domicilios (2,3% más interanual); y la usurpación se ha duplicado en tres meses, pasando de 98 denuncias de enero a abril a 182 hasta julio.
Preparándose en verano
El vicepresidente del Colegio de Administradores de Fincas de Castellón y Valencia, Joaquín Rambla, explicó que este último verano se han instalado videoporteros digitales en Benicàssim y Orpesa; y en otros casos vallas para impedir el primer acceso a las zonas comunes de los bajos del inmueble. Aunque hay complejos que cuentan con portero físico, en otros casos no existe esta figura de protección frente a intrusos.
En Castelló, Juan Torca, al frente de Cerrajería Torca, explica que «cuando empiezan a salir más casos de okupación en los medios, la gente más precavida que va un paso por delante sí viene a informarse y toma medidas. Pero la mayoría se mueve porque, si okupan una casa o roban en su barrio, se preocupa. Pero si no les toca de cerca hacen su vida normal». Con todo, asevera: «Todos los días entra alguien a preguntar por sistemas de seguridad. Es constante».
Abanico para prevenir
Ante la sofisticación de los ladrones de hoy en día, «que abren las puertas con sistemas limpios y no hay constancia de que han entrado hasta que abres la puerta», hay diversas opciones. «Gastarse dinero en cerraduras difíciles de abrir es el mínimo básico, desde 150 euros. Otra opción es una segunda cerradura, de entre 180 y 200 euros. Y el siguiente paso es una puerta acorazada, hay variedad, de 1.000 y pico euros a 2.000 ó 3.000 euros», citó.
«La okupación se da más en segunda residencia vacía y si la finca es toda de Sareb y no hay gente, es lo que buscan. Este 2022 ha sido movido en peticiones en Castellón para evitar okupación. En Benicàssim en apartamentos y el pueblo, en Castelló y Grao, en adosados y pisos. Un 80% de dueños son de Castellón y un 20% de otras provincias», dijo.
Acerca de las villas, añadió Torca, «ante los okupas son muy difíciles de proteger; y en apartamentos optan por segunda cerradura o una acorazada; y si el riesgo es alto, la puerta antiokupa que se atornilla a la del piso...(y ya cuando venden el piso la quitan y se queda normal)». Y como novedoso, «la mirilla digital es una maravilla, lo piden aunque parece que controlas al vecino --al poder grabar imágenes del rellano-- pero ya hay sentencias a favor al primar proteger la seguridad de la casa».
El objetivo: disuadir
Desde Grupo Cuevas, su CEO Vicente Cuevas confirma que tienen demanda «a raíz del movimiento okupa». ¿Qué opción dan y tiene peticiones en Castellón? «Estamos instalando un sistema de videoportero que cuando llamas desde la placa de la calle, en el portal, a cualquier vecino le avisa al móvil. Todos, los 28, tienes opción de contestar aunque no estén.
Por ejemplo, si la puerta 12 corresponde a un piso de un vecino que lo tiene cerrado, sin agua ni luz ni internet, si llaman al timbre le suena en su teléfono móvil. Es muy disuasorio porque el señor descuelga --aunque esté a kilómetros de distancia--, ve a quien llama y le dice que no puede atenderlo. La mirilla digital el único inconveniente es que se instala en la puerta de la vivienda, ya arriba. Y parecer ser que lo primero que hace un okupa antes de intentar entrar es ir entre tres y cinco veces al portal en distintas horas y días y llamar abajo, y poner una marca al botón», relata Cuevas. «Es necesario para tener vigilada la casa, ya no es un lujo. Hemo hecho instalaciones en Castelló hace año y medio; y recientes en Orpesa, en apartamentos de aragoneses o madrileños. El coste mínimo por vivienda en comunidad es de 500 euros», dijo.
También en Vila-real, Reyes Lagar, administradora de Conecta Sistemas de Seguridad, ha instalado alarmas en pisos y masets, y desde la pandemia, en nuevas viviendas con jardín y terreno, «ya con un proyecto más personalizado». «La semana pasada vino una señora a la que intentaron okupar el piso y los vecinos la llamaron. Si tiene la alarma y puede avisar a la Policía antes de que se instalen, los puedes desalojar», afirmó.
Zonas turísticas: Pocos casos y patrullas por las urbanizaciones
Los ayuntamientos de municipios turísticos de Castellón con un alto volumen de segunda residencia ven hoy por hoy la okupación bajo control, pues es «nula o mínima». En Benicàssim, Alcossebre, Orpesa o Peñíscola señalan que «no es algo habitual». El Ayuntamiento de Peñíscola explicó que la mayoría de segunda residencia se encuentra en primera, segunda o tercera línea de playa detrás de los hoteles y ya son zonas turísticas vigiladas. Otras están en urbanizaciones que quedan más vacías pero que la Policía Local patrulla de forma rutinaria no solo por la okupación que es un fenómeno de baja incidencia sino también para evitar posibles robos». El grueso de pisos de alquiler es de peñiscolanos y hay rodaje; y si el dueño es de fuera, «no está ocho o nueve meses sin venir, sino que acude de forma bastante continua», como puentes o algún fin de semana.
