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Informe Castellón: así ha afectado la guerra en Ucrania a la economía

Es de las provincias más afectadas por las consecuencias del ataque ruso contra Ucrania

El suministro de arcilla de Ucrania fue la primera preocupación generada por este conflicto.

El suministro de arcilla de Ucrania fue la primera preocupación generada por este conflicto. / Mediterráneo

Bartomeu Roig

Bartomeu Roig

En febrero del 2022 lo peor de la pandemia aún no había pasado, y los precios energéticos llevaban meses de subidas. Dos contratiempos para la economía de Castellón a los que se sumó una preocupación todavía mayor: la guerra en Ucrania, que el 24 de febrero cumple un año. Nada más estallar el ataque ruso, desde el mundo de la empresa se manifestó una enorme preocupación. Los malos augurios se han cumplido --con matices-- y los datos de paro y actividad industrial muestran que la provincia ha sido una de las que más ha empeorado su economía en los últimos 12 meses. Así ven la situación transcurrido este tiempo

Ascer: La inestabilidad se mantendrá en el 2023

El presidente de la patronal cerámica, Vicente Nomdedeu, expuso hace un año su enorme preocupación por el impacto de la guerra en la energía y las materias primas. «Los efectos han sido la pérdida de competitividad y la caída de nuestra demanda. El escenario energético en un año ha cambiado drásticamente y, lamentablemente, la perspectiva es que continuaremos sufriendo niveles muy altos de incertidumbre y volatilidad de las cotizaciones durante 2023», comenta.

Carga de material cerámico en el exterior de una fábrica.

Carga de material cerámico en el exterior de una fábrica. / GABRIEL UTIEL BLANCO

Respecto a las arcillas de Ucrania, dice que «finalmente no hemos tenido roturas de estoc gracias a la previsión con la que trabajaron las empresas, la reformulación de pastas con arcillas de otros orígenes y la menor demanda de materias a causa del descenso de la producción». La vertiente positiva de mantener el suministro supone un aspecto más sombrío: «Durante 2022 hemos acusado un aumento del coste de esta partida tan importante para nuestras empresas», apunta Nomdedeu.

Anffecc: Un aumento de costes de más del 350%

El entonces presidente de la agrupación de fabricantes de esmaltes y fritas para la cerámica, Joaquín Font de Mora, temió que se dispararan los costes de sus industrias. Su sustituto, Fernando Fabra, señala que los temores se han hecho realidad. «Entre la subida de precio de la energía y las materias primas, el incremento de costes para nuestro sector está siendo de más de un 350%, lo que conlleva una enorme pérdida de rentabilidad, que se une a la caída de la demanda y de la producción, y a la dificultad de competir con terceros países que, o bien tienen ayudas, o bien cuentan con unos costes energéticos, de materias primas y de mano de obra muy inferiores a los nuestros».

Proceso productivo en una fábrica de esmaltes y fritas.

Proceso productivo en una fábrica de esmaltes y fritas. / Mediterráneo

En un principio «pensábamos que la guerra acabaría en pocos meses, pero la realidad es que se está prolongando mucho más de lo esperado, con unas consecuencias nefastas para la economía y el clúster», afirma.

PortCastelló: Tres años definidos por los contratiempos

El puerto de Castellón fue uno de los primeros termómetros de lo que podía ocurrir en Ucrania. Durante los meses de enero y febrero del 2022, antes del ataque, se batió el récord de llegada de materiales de este país con destino a la cerámica. Fábricas de cerámica y compañías atomizadoras hicieron acopio ante las primeras informaciones que llegaban desde el Este. Pese a los temores iniciales, «gracias a eso no hubo desabastecimiento, y empezaron las importaciones de productos de otros orígenes», menciona el presidente de PortCastelló, Rafa Simó.

Imagen aérea de PortCastelló.

Imagen aérea de PortCastelló. / Mediterráneo

La inquietud por las arcillas logró controlarse, «pero el problema vino con la energía y sus costes, mientras que al alargarse la guerra se ha producido un descenso de la demanda», añade. Con este planteamiento, asegura que desde la autoridad portuaria «nos vamos adaptando a la incertidumbre, después de tres años marcados por los contratiempos, primero con la pandemia de coronavirus, luego con los precios de la energía y ahora con la contracción de la demanda». «Hay que estar en movimiento para no quedar atrás», menciona Simó.

CEV: Un lastre para la recuperación

El presidente de la patronal autonómica CEV, Salvador Navarro, dijo el mismo día del estallido del ataque que se iba a dar un retroceso a la incipiente recuperación económica postcovid. Un año más tarde, «algunas de las ramas industriales de la Comunitat que habían conseguido superar el nivel de producción anterior a la pandemia, lo volvieron a perder, o las exportaciones de determinados productos se han frenado. Y son las ventas de cerámica al exterior las que más han acusado la guerra en Ucrania», expone. Un contexto que ha pasado «factura al crecimiento mundial y sigue siendo una amenaza para la evolución de la economía, de ahí que desde CEV se siga insistiendo en la urgencia porque lleguen las ayudas prometidas por el Gobierno», añade. Pese a todo, destaca la «resiliencia de las empresas», que han buscado otros mercados.

AVA-Asaja: Las consecuencias a pie de campo

El presidente de AVA, Cristóbal Aguado, recuerda que los mercados del Este «siguen cerrados, y a pie de campo hemos pagado las consecuencias del encarecimiento de los fertilizantes, los fitosanitarios, la energía eléctrica y los carburantes a causa de las nefastas decisiones tomadas por nuestros políticos en España y Europa». Una situación que ha perjudicado de forma muy seria a productores y a los consumidores, «ya que la inflación en los puntos de venta, lógicamente, se ha disparado», concluye.

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