Alojamientos singulares en Castellón: burbujas, palacios y carromatos de circo

Castellón cuenta con más alojamientos originales de lo que parece en un principio. Desde una masía fortificada a antiguos palacios, repletos de historia y mucho ojo a su conservación; a aquellos alojamientos en plena naturaleza, como las cabañas de madera --más frecuentes-- y casas en el árbol --más incipientes--; o los cámpings con habitaciones burbuja transparentes para dormirse mirando las estrellas. Pero la originalidad no tiene límites y en Castellón los turistas ya pueden reservar una noche en un carromato de circo con cuatro plazas; o próximamente, un vagón de tren o un gran tonel restaurados.

El mundo virtual es tan variopinto que incluso en alguna web se anuncia como alojamiento por noches un barco amarrado en el puerto de Benicarló. O aquellos que conservan restos de interés en su interior, como la casa rural del Molí Sitjar de Cabanes; o el Faixero de Cinctorres, cuyo edificio estuvo vinculado antaño al tradición fabril textil; o en la costa, la suite 503 en una torre del hotel Voramar de Benicàssim.

En su mayoría albergan además un plus de confort; como el spa del hotel Martín el Humano de Segorbe (antiguo hospital), o las dos piscinas de la masía fortificada de San Juan (que perteneció a la orden de la Cartuja de Valdecrist y más adelante a la familia del marqués de Almunia, con el famoso político Joaquín Almunia entre sus descendientes). En la casa del árbol de Sant Jordi, en Tierra de Arte, no falta un jacuzzi de lo más original, en un tonel, pues tonelero es el oficio de la saga de su artífice, Abelardo Ripoll. 

El 80% de los alojamientos singulares es de interior. El presidente de la Asociación de Turismo Rural de Castellón y del Club Temps d’Interior de la Comunitat, Joaquín Deusdad, destaca que efectivamente existen múltiples ejemplos de patrimonio reconvertido al turismo, como el Cardenal Ram de Morella o el Palau dels Ossets en Forcall (ahora cerrado, pero que pronto reabrirá al culminar en breve la adjudicación definitiva de su gestión). «Algunos de ellos --como el Molí Hospital de Rossell, un antiguo molino ahora con espacio para practicar equitación--, pertencen a Temps, un club de producto con la mejor selección de alojamientos rurales, restaurantes y experiencias del interior de la Comunitat, bajo una marca de calidad», destacó.

Puro romanticismo

Entre los emprendedores de alojamientos singulares, el ejemplo más reciente es el de Abelardo Ripoll (de la Salzadella). Heredó el oficio de tonelero de su padre y tiene dotes para la construcción. Un buen día decidió con su pareja Sonia (una artista plástica que se dedica a pintar y decorar con sus cuadros, esculturas y murales cada detalle) y su hijo Marc, un original proyecto turístico: Tierra de Arte, en Sant Jordi, que ya empieza a caminar. Es un cámping con alojamientos tematizados de lo más insólitos: un carromato de circo (que recorrió media Europa y que restauró durante dos años tras comprarlo a una holandesa afincada en el Maestrat) y un jacuzzi tonel para una casa en un árbol, que es en realidad el germen de todo, pues era el sueño de su hijo Marc. «Lo que era primero una cabaña para un niño se convirtió en una para la familia y luego decidimos alquilarla para que otras personas la pudieran disfrutar», relata. Están encantados con la experiencia y ya tienen en mente «poner a punto un antiguo vagón de tren para hospedaje; y una cabaña nórdica triangular; así como un gran tonel, que conllevará mucho trabajo». Se autodefinen como «una familia que ha decidido desenvolver su proyecto de vida en el campo, unos enamorados de la naturaleza». Por ello, Tierra de Arte se encuentra enclavada en medio de un bosque de olivos monumentales y milenarios entre algarrobos, almeces, higueras y carrascales. 

Con todo, lamenta la excesiva burocracia para montar un negocio turístico y la falta de normativa específica para los singulares, como las casas del árbol, que sí existen en otras comunidades autónomas. 

Enclaves con encanto e historia

Mediterráneo también ha hablado con el representante de una de las propietarias de Masía San Juan, en Altura. «Es uno de los alojamientos de turismo rural con más encanto de la provincia. Una masía fortificada de origen árabe, ampliada en los s. XVIII y XIX y restaurada como casa rural en 2002, con dos piscinas». Actualmente --cuenta-- «las casas rurales independientes en torno a su amplio patio interior las gestionan tres dueños (descendientes de familias de Segorbe) y en otra reside una familia (desvinculados del proyecto turístico, y que conservan una de las viviendas que ha pasado de generación en generación, y donde en su día se cedió a los antiguos caseros)». «Uno de sus encantos es que está rodeada de bosques de pinos y es una sorpresa encontrarla en ese lugar», comenta. «Perteneció a la Cartuja de Vall de Crist, que se halla a 500 metros del edificio. Con laa desamortización, en 1836, se expropió. Más tarde fue adquirida por el Marqués de Almunia, de la familia del político Joaquín Almunia y tras sucesivas reformas adquirió su aspecto actual de castillo medieval. El marqués vendió la finca a sus actuales propietarios a mediados del s. XX».

Finalmente, en Burriana, existe un alojamiento turístico que ya ha atraído a extranjeros, con mucha historia tras de sí. «Lo gestiona una empresa familiar y funciona como Bed and Breakfast. Sus escasas habitaciones, siete, proporcionan privacidad», relatan. Su origen se remonta al siglo XI y su alquería y su torre de casi 17 metros de alto debe su nombre al rey Jaime I al donarla a la orden de Calatrava. Tras la reforma, ofrece confort pero con el encanto de una decoración palaciega de la época.

1. Un carromato de circo de 1930 (Sant Jordi)

Tierra de Arte es un proyecto de cámping con alojamientos tematizados, de lo más original, como este carromato que perteneció a un circo y se ha restaurado.

2. Casa sobre un viejo algarrobo (Sant Jordi)

¿Quién no sueña con dormir en una casa del árbol? Más frecuente en otras autonomías, Tierra de Arte lo ensaya en Sant Jordi.

3. Palacete que data del siglo XVI (Forcall)

El Palau dels Ossets es un antiguo palacio del s. XVI con 16 habitaciones y mobiliario de lujo reconvertido a hotel. Diputación adjudicará su gestión en breve y reabrirá. Es cuestión de días, y pronto estará disponible para reservas.

4. Torre y alquería de Calatrava (Burriana)

La historia de la alquería rodeada de naranjos y su torre defensiva, ahora un ByB, se remonta al siglo XI y debe su nombre al rey Jaime I al donarla a la orden Calatrava. 

5. Un ‘castillo’ con bosque y piscinas (Altura)

Pocos alojamientos singulares pueden competir con esta masía fortificada de origen árabe, ampliada en los s. XVIII y XIX y restaurada como casa rural en 2002.

6. Las glorias de un palacio del s. XVI (Morella)

El hotel Cardenal Ram ocupa un antiguo palacio del siglo XVI en Morella y alberga un restaurante. Su gestión la adjudicó en su día la Diputación Provincial. 

7. Hospital reformado del siglo XVIII

El Hotel Martín el Humano es un edificio histórico, que antaño funcionó como hospital durante el siglo XVIII. Rehabilitado en 2012, su patio tiene un encanto especial.

8. Un viejo molino del siglo XIV (Rossell)

El Molí Hospital (del club de calidad turística Temps) se construyó sobre un antiguo molino del s. XIV. Junto al río Sénia, posee una hípica para practicar equitación.

9. Cámpings con habitaciones burbuja (Tírig y Càlig)

El Zielo de Levante (Tírig--foto) es el pionero en la provincia de Castellón. Más tarde se sumó otro, Noches de Càlig, en dicha localidad.

10. Típicas cabañas de madera (Pobla de Benifassà)

Existen en varios emplazamientos, desde Molí Abad (de los más pintorescos, en la Pobla de Benifassà-foto) a Villahermosa, Caudiel y en cámpings de costa. 

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