Nuevo conflicto por las energías renovables

Denuncian que un proyecto solar en Castellón acabaría con una valiosa zona citrícola

El plan incluye terrenos de una elevada productividad

Imagen aérea de los terrenos citrícolas que podrían quedar afectados.

Imagen aérea de los terrenos citrícolas que podrían quedar afectados. / Mediterráneo

Bartomeu Roig

Bartomeu Roig

El dilema surge de nuevo: mantener la actividad agrícola en un territorio o apostar por las también necesarias energías renovables. Este planteamiento, que centra el argumento de premiadas películas como Alcarràs, tiene como escenario unos terrenos de Onda y l'Alcora, donde en estos momentos predomina la producción citrícola, y que podrían quedar alterados.

Esta es la denuncia que expone la Asociación de Exportadores de Fruta de Castellón, Asociex, a raíz del proyecto presentado por la compañía Ener-Hi, que consiste en un parque con 751.632 placas solares levantadas sobre 605 hectáreas repartidas en dos grandes áreas.

"Daño irreparable"

"Ejecutar este proyecto –que ahora se encuentra en fase de información pública- pasa, más allá de por aceptar un cambio paisajístico radical, por asumir también el daño ciertamente irreparable sobre una de las zonas citrícolas de mayor valor agrícola y económico de la Comunitat Valenciana y muy probablemente del conjunto del país", mencionan desde esta organización. 

Ponen el foco en las partidas del Pla dels Olivars, Sichar y Trencaes, pertenecientes al municipio de Onda. "Allí se hallan seis grandes fincas –entre ellas, dos de más de 100 hectáreas y otra de 83 ha.-; un importante centro de investigación citrícola -ICCSA- así como las explotaciones de unos 140 medianos citricultores, todos ellos abastecidos por la Comunidad de Regantes Cota 220, también una de las más importantes de la región, que da servicio a 2.847 hectáreas agrícolas, pero que verá afectada por el proyecto en torno al 10% de su superficie. Todas estas propiedades quedarán total o parcialmente dañadas, devaluadas en cualquier caso, por la planta solar", detallan. Esta preocupación ya ha sido manifestada a la alcaldesa de Onda, Carmina Ballester, en una reunión reciente.

Comparaciones

Por otro lado, apuntan a que la zona genera una cosecha por campaña "de unas 20.000 toneladas con un valor a salida de almacén de unos 22 millones de euros", mientras que, en la vertiente laboral, "genera más de 25.000 jornales, frente al empleo casi nulo de mantener una planta solar de este tipo". 

Para iniciar su tramitación, esta promotora ha llegado a acuerdos con los titulares de zonas del otro municipio afectado, l’Alcora, "hasta cubrir el mínimo porcentaje legal necesario para afectar al resto de propiedades", menciona Asociex. La característica más relevante de esta parte del proyecto –cuyos propietarios sí lo apoyan- es que se trata "fundamentalmente de zonas forestales o agrícolas abandonadas o semiabandonadas hace ya años. A cambio de este dominio, el promotor aspira a afectar con su proyecto a la zona de alto valor antes citada de Onda, cuyos propietarios en su totalidad lo rechazan y van a alegar en su contra, pero que, de salir adelante, se verán abocados a acordar un justiprecio por sus propiedades". 

Desarrollo de nuevas variedades

La asociación pone de manifiesto que el plan afectaría a Investigación Citrícola de Castellón, S.A. (Iccsa), "que nació en 2009 como la unión de un grupo de exportadores y cooperativas, como una sociedad destinada a la investigación, creación y desarrollo de nuevas variedades, sobre todo mandarinas. El propósito de ICCSA –que trabaja en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, IVIA- es proporcionar avances que permitan a las empresas ser más competitivas en los mercados, tanto en los procesos como en los productos". Este proyecto, afirman, "obligaría a arrancar los campos de ensayo en los que se ha venido trabajando los últimos 14 años: 5.000 árboles donde se controla la evolución de hasta 24.000 líneas varietales diferentes".