Los castellonenses optan por el divorcio y las separaciones caminan a la extinción

Los castellonenses optan por el divorcio y las separaciones se están convirtiendo en algo residual. Así lo evidencian los datos del Instituto Nacional de Estadística y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

En concreto, el año pasado se produjeron más de un millar de rupturas en la provincia, pero solo 38 parejas optaron por la separación. En el primer semestre del 2023, se han producido 594 divorcios frente a 26 separaciones.

El cambio legal del 2005

Si hubo un antes y un después este fue en el 2005, cuando el Gobierno efectuó la reforma legal que suprimió la exigencia de la separación previa. Esto cambió tan radicalmente el panorama que los divorcios experimentaron un alza mientras que las separaciones comenzaron un lento y, más adelante, abrupto declive.

Como muestra un botón. En el 2004 se registraron 1.074 separaciones en Castellón, cuando al año siguiente bajaron a 811 y en 2006 a 174. El pico más bajo se dio en 2020 en plena pandemia, cuando hubo 24 separaciones frente a 1.099 divorcios.

 En el 2005, el gobierno del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero impulsó la reforma de la Ley de divorcio de 1981, para completar la instauración del divorcio libre y agilizar los trámites. A partir de ese momento no es necesario alegar ninguna causa para solicitar la separación o el divorcio, y este no tiene que venir precedido de la separación previa efectiva de un año por vía del juzgado. Desde ese momento se puede acceder al divorcio directamente, sin pasar previamente por la separación.

Como explica el notario José Vicente Malo, hasta el 2005 había que ir a la separación y luego al divorcio. Esta exigencia se eliminó en el 2005 y, desde entonces, se puede ir indistintamente a una de las dos figuras; de hecho, hoy día la mayoría va directamente al divorcio a no ser que por motivos personales o religiosos o cualquier otro se queden en separación judicial.

Diferencia entre divorcio y separación

La diferencia, explica, es que el divorcio extingue el vínculo, con lo que se puede contraer de nuevo matrimonio con quien quiera, incluido con el excónyuge. La separación no extingue el vínculo por lo que el separado judicialmente se puede reconciliar --una figura jurídica-- y por tanto se elimina la separación judicial y vuelve el matrimonio a la situación anterior.