¿Por qué el voluntariado engancha tanto? Los castellonenses lo explican

Miles de castellonenses dedican parte de su tiempo libre para ayudar a ancianos, enfermos personas en riesgo de exclusión o a desarrollar actividades en centros educativos o colectivos juveniles

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Carmen Tomás / Noelia Martínez

«Los voluntarios son los brazos para poder realizar la actividad». Así describe Jaume Besalduch, presidente de la asamblea comarcal de Cruz Roja Sant Mateu Maestrat, la labor de miles de personas que dedican parte de su tiempo libre a ayudar a los demás de forma desinteresada. La plataforma del voluntariado de la Comunitat calcula que uno de cada diez castellonenses, valencianos y alicantinos es voluntario (9,7% frente al 11% del resto de España). Este martes se celebra el día mundial del voluntariado.

Cruz Roja

 Cruz Roja es una de las oenegés con más base social, con 8.347 personas voluntarias, si bien no todas ellas están activas. Y la cifra va al alza. «Al año recibimos entre 90 y 100 solicitudes de voluntariado en la provincia», señalan. El perfil es el de una mujer de 30 a 50 años y con estudios medios o superiores. 

«No hace falta tener muchas horas, ni siquiera una específica formación, todo cuenta, todo ayuda»

El tiempo no es excusa. «No hace falta tener muchas horas, ni una formación específica, ni tan siquiera estar bien físicamente. Todo cuenta, todo ayuda. No hay un mínimo. En función de la disponibilidad, intereses y capacidades se podrá realizar un tipo de actividad u otra y participar en proyectos de más intensidad o menos», manifiestan desde Cruz Roja. Un ejemplo. Hay personas que tienen una profesión determinada pero la labor que hacen en Cruz Roja es completamente diferente a lo que se dedican en su día a día. También hay posibilidad de participar de manera esporádica o puntual, por ejemplo, para una campaña en particular, como la de Juguete Educativo, de Desayunos y Meriendas con Corazón, etc. Incluso pueden realizar voluntariado virtual o no presencial (por ejemplo el acompañamiento on line a través de tablets a mayores que viven solos y/o en municipios alejados), señalan fuentes de Cruz Roja.

Jaume Besalduch Mateu es presidente de la asamblea comarcal de Cruz Roja Sant Mateu Maestrat. «Entré en Cruz Roja en 1980 como aspirante para hacer el servicio militar. Cuando finalicé la mili, me quedé como voluntario como hasta ahora». «Ser voluntario para mí me ha supuesto sentirme super bien por poder ayudar a los demás», señala. 

Al principio «hacíamos traslados de las personas heridas y accidentadas y enfermas porque no había ningún servicio más de la Cruz Roja. Continué realizándolos hasta que la entidad dejó de hacer estos servicios porque entraron las empresas privadas a atender este tipo de transporte, pero he continuado con mi labor haciendo lo posible para que las personas vulnerables de mi territorio, en este caso de Sant Mateu y comarca puedan ser atendidas», manifiesta.

En ese sentido, explica que atienden tanto a quienes sufren algún tipo de vulnerabilidad social como a las personas mayores que están en situaciones de soledad, con la teleasistencia. Además, como presidente intenta incentivar, coordinar, apoyar y participar en la acción voluntaria para hacer posible seguir realizando en el territorio estas acciones de solidaridad. Y más este año, en que la asamblea de Sant Mateu celebra 150 años de su fundación. «Para mí es un orgullo poder presidirla e implicar a los voluntarios. Ellos son los brazos para poder hacer la actividad». 

Educación

El ámbito educativo es otro de los que tiene mayor poder de convocatoria. La federación de asociaciones de padres de alumnos(FAMPA Penyagola) cuenta con 253 AMPAS asociadas, con casi 1.800 voluntarios. Su labor es «fundamental», explica el presidente, Pep Albiol: «Si no hubiera personas que dedicaran tiempo a gestionar esta actividad no funcionaría. La Fampa sí tiene dos técnicas, pero el resto de gente no se dedica profesionalmente. Pensemos lo que supone esto. Cada uno aporta lo que puede, pero todas son importantes, tanto para la gestión administrativa, cada vez más exigente, como la física, de organizar actividades, montar mesas...», añade. «Las AMPAS prestan unos servicios necesarios, por ejemplo, para la gestión de escoles matineres», señala Albiol. 

Cáritas

Cáritas es otra entidad de voluntariado: «El 90% de las acciones que llevamos a cabo está en manos de todas estas personas que acogen y acompañan a los mas desfavorecidos. Esto, aunado a una trayectoria de credibilidad y confianza, en buena parte, hace que seamos una referencia para los que desean incorporarse a la actividad voluntaria», indican desde Caritas Diocesana, que cuenta con 792 colaboradores entre Cáritas parroquiales, interparroquiales, proyectos y servicios gestionados desde la Diocesana.

«Buena parte de estas personas llevan muchos años apoyando a Cáritas y al llegar la pandemia, por temor a los riesgos, vieron afectada la posibilidad de continuar; esto supuso una baja. Sin embargo, ya desde el año pasado se ha estabilizado en la cifra mencionada antes», señalan desde Cáritas de Segorbe Castellón.

«Lo importante es la vocación y el deseo de ayudar, de contribuir a la dignificación de las personas»

«La dinámica que llevamos hoy en día, en la que cada vez pareciera que el tiempo es mas corto para atender los temas personales y profesionales, podría apuntar a que hay menos posibilidades de incluir la acción voluntaria en nuestras actividades, sin embargo, se está adquiriendo mucha mas conciencia de la realidad de la pobreza y del crecimiento de necesidades y vulnerabilidad existente», indican desde Caritas. 

 «Lo verdaderamente importante, más que el número de horas, es la vocación y el deseo de ayudar, de contribuir en ese proceso de dignificación y respeto que merecen todas estas personas, en muchos casos olvidadas», señalan en Caritas Diocesana. 

«Ser voluntario ayuda a valorar lo que Dios nos da»

«Soy voluntario de Caritas desde 2011 y voy a serlo mientras pueda», explica Ernesto Sanahuja, de 71 años. «Yo pensaba que venía a ayudar y fui quien recibió la ayuda. Ver la dura realidad de muchas personas necesitadas, que además sufren la indiferencia de los que tenemos de todo, cambia la perspectiva y te enseña a ser más humano y a valorar lo que Dios nos da sin merecerlo».

«Estoy unas seis u ocho horas semanales en la Diocesana, pero también dedico algún tiempo en casa a tareas de formación online. No obstante, esto es algo «a jornada completa; no sólo se centra en las personas a las que atendemos cuando estamos allí, sino que se extiende a cualquiera que podamos ayudar», indica.

Además de en el Equipo de Empleo, también «aporto mi modesto granito de arena en el Equipo de Formación y en el Equipo SICCE, intentando ayudar a quienes usan un programa informático propio de Cáritas

Banco de Alimentos

El apoyo a personas con vulnerabilidad es también una de las misiones del Banco de Alimentos de Castelló, que suma 786 voluntarios, como explica su presidente Santiago Miralles. Campañas como la gran recogida es una de las que más personas movilizan.

Asociación contra el cáncer

Otras entidades ayudan a quienes han sufrido una enfermedad y a prevenirlas. Es el caso de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), que cuenta con 694 cooperadores. Entre las labores que realizan está el acompañamientos a hospital, domicilio y telefónico; soporte administrativo, en eventos, para la obtención de recursos o provisión de productos básicos, así como mediante la aportación de testimonios o el voluntariado por la Ciencia, explica su gerente, Salomé Esteller.

«Lo más importante para mí es acompañar a enfermos»

"Soy voluntario de la Asociación Española contra el Cáncer desde el año 2015», explica Juan Antonio Díaz, miembro del Consejo de la AECC. Él se hizo voluntario de la entidad por un amigo suyo que enfermó de cáncer y no pudo hacer realidad su deseo de ser voluntario porque falleció. «En marzo del 2015 me ofrecí a la asociación y aquí estoy», afirma.

Lo más importante para él es la labor de acompañamiento a los enfermos, tanto en situaciones hospitalarias como en sus casas. «He hecho compañía a enfermos en casa, que estaban muchas horas solos al día; o que viven en poblaciones lejanas, pero nos conectados por vía teleconferencia y estamos charlando o haciéndoles compañía.

«Ser voluntario es ceder parte de tu tiempo libre, a veces es cada vez más porque tú te implicas pero no hace falta disponer de mucho, algún día, alguna tarde o mañana, y tener vocación de ser solidario con personas vulnerables que necesitan compañía», apunta.

Le Cadó

La Fundación Le Cadó cuenta con 15 colaboradores. A ellos se suman el colegio Lledó de Castelló y voluntarios de La Caixa, que colaboran en momentos puntuales como la Marxa de Castelló, dice su presidenta, Elvira Monferrer.

«Me satisface pensar que puedo poner mi granito de arena»

Marta Sansano es voluntaria de la Fundación Le Cadó. Siempre había tenido en mente realizar alguna labor de este tipo. «En mayo del 2022 me diagnosticaron cáncer de mama y fue a partir de entonces, a través de las charlas, como entré en contacto con Le Cadó», señala. «Me ayudaron mucho en todo el proceso. Las charlas me resultaron muy interesantes. Sobre psicología, nutrición, sexualidad... Además, conocí la labor tan grande que hacían destinando todas sus aportaciones a la investigación del cáncer de mama», indica. Por eso «en el momento en que solicitaron personas para formar parte del voluntariado no lo dudé, yo tenía que formar parte de él. Para mí resulta súper gratificante el poder ayudar a personas a través del voluntariado de la fundación que están pasando por una situación similar a la mía».

«Me satisface mucho el pensar que al menos puedo poner aunque sea un granito de arena y se puedan sentir tan acompañadas y agradecidas como lo he estado yo. A formar parte del voluntariado de la Fundación le Cadó. Es una gran familia que hace cosas muy grandes», manifiesta.

Los jóvenes

También es potente la aportación de la juventud. «El Consell de la Juventut (CJS) de Castelló lo forman una treintena de entidades juveniles formadas por más de 350 personas jóvenes voluntarias; la propia comisión permanente del CJS la integran 7 colaboradores de las entidades que tienen la misión de dinamizar el movimiento asociativo juvenil de la ciudad y representar a la juventud delante de la administración pública, dedicándose a tareas de gestión», señala su vicepresidente, David Soler. «Vivimos en una época muy individualista donde la participación juvenil no está siendo muy destacada, pero Castellón tiene un músculo de entidades juveniles bastante robusto, en la que quienes participan lo hacen desde el voluntariado: social, educativo, cultural, de participación ciudadana, ecológico…. Son cientos de jóvenes de Castellón que cada día, cada fin de semana dedican su tiempo y esfuerzos a construir una sociedad un poco mejor», señala. Eso sí, dice, se requiere más formación y sensibilización.

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