AGRICULTURA

Las naranjas y mandarinas de Castellón, desaparecidas en Estados Unidos

La actividad no se recupera, a pesar de que se levantaron los aranceles

Hasta hace unos años, desde el puerto de Castellón se enviaban mandarinas de la provincia.

Hasta hace unos años, desde el puerto de Castellón se enviaban mandarinas de la provincia. / Mediterráneo

Bartomeu Roig

Bartomeu Roig

En octubre del 2019, el gobierno de los Estados Unidos, entonces presidido por Donald Trump, asestó un serio golpe a las exportaciones de cítricos de Castellón. Impuso un arancel del 25% a una serie de productos españoles, entre los que se incluían naranjas o mandarinas. De esta forma hizo inútiles los esfuerzos desarrollados en las campañas anteriores para cumplir con toda la estricta normativa de sanidad vegetal de este país. El fuerte encarecimiento de esta fruta para los consumidores hacía inviable el envío de barcos.

El sucesor de Trump, Joe Biden, levantó esta barrera comercial apenas dos años más tarde. En teoría, era una oportunidad para recuperar un mercado que, si bien no registraba grandes números, permitía diversificar las ventas. Pese a ello, la actividad no ha regresado. El secretario general de la Asociación Profesional de Exportadores de Fruta de la Provincia de Castellón (Asociex), Enrique Ribes, es tajante: «El mercado de Estados Unidos prácticamente no existe, y las operaciones son mínimas. El puerto de Castellón contaba con una empresa, Fricasa, dedicada a la exportación de cítricos, pero ya cerró, y ahora se envían unos pocos contenedores a través del puerto de Valencia».

El dato engañoso del 2022

Tal y como reflejan las cifras del instituto para el comercio exterior español, Icex, en el pasado año las ventas de cítricos de Castellón a Estados Unidos crecieron un 440% respecto al 2021, con una facturación de 438.000 euros. Este fuerte incremento no deja de ser insignificante respecto a los números de campañas anteriores. En el 2018 superó los 6 millones de euros, y en la mejor época de estos envíos, hace una década, se llegaron a facturar unos 35 millones. De hecho, en estos momentos Canadá es un mercado más importante para la provincia, con 7,5 millones en el 2022.

Con todo, el factor que explica mejor la situación tiene que ver con la escasa producción de cítricos en Castellón. Un mal que se repite desde hace unos años. El secretario general de Asociex menciona que en esta temporada «hay demanda, pero poca oferta, por lo que se envía a los mercados más tradicionales», los de un continente europeo que, además, limita los costes de los envíos. «Han subido un 30%», según apunta.

Competencia

El secretario general de la Unió Llauradora, Carles Peris, coincide en la conclusión del «déficit productivo y comercial, donde se han unido las inclemencias meteorológicas o el envejecimiento de árboles de especies como la clemenules». Incluso afirma que este año «ya cuesta atender la demanda de los mercados tradicionales, como para hacer envíos a Estados Unidos».

La competencia de otros países también juega en este asunto. «Tras el veto a España, Marruecos empezó a enviar cítricos a Estados Unidos, por lo que ellos ya tienen este mercado consolidado y a nosotros nos costaría mucho recuperar posiciones», comenta Enrique Ribes. Carles Peris añade a este planteamiento un aspecto, al menos positivo. Los exportadores marroquís no crecen en envíos a la Unión Europea», por lo que no hay una colisión de intereses en el principal destino para los productores de la provincia.

Más precio

La baja producción reduce el radio de acción de los envíos, e incluso ha posibilitado un incremento de los precios. En origen, las clementinas se cotizan un 55% más caras que en la media de los últimos cinco años.

Algo que los productores ven con relativo optimismo. El problema puede venir si en el futuro hay un aumento de la fruta recogida, con rebaja de precios, y la necesidad de hallar mercados alternativos.