Parece mentira que en pleno siglo XXI se sigan produciendo en nuestra ciudad escenas tan surrealistas como la que prácticamente a diario contemplamos, principalmente, en las inmediaciones de los supermercados.

Sobre todo por las noches, hasta que llega el camión de la basura, la acera se convierte en un gran vertedero. Además, numerosos mendigos e indigentes llegan hasta allí, buscan desperdicios en el interior de los contenedores, extienden la basura por los suelos y, consiguientemente, la acera queda hecha unos zorros, hasta que la riegan los servicios municipales.

En otras ocasiones hemos denunciado ya hechos similares en varios puntos de la ciudad, hasta la fecha sin éxito.