Juan Pablo II ordenó en Roma a dos nuevos sacerdotes nacidos en Castellón. Fueron Javier Calduch, natural de la capital de La Plana y con estudios de geología, y el filólogo morellano Vicente Belenguer. Ambos formaron parte del Opus Dei y, una vez ordenados, pasaron a desempeñar distintos trabajos dentro de la prelatura personal de la Obra.