¿Bruselas?

La directiva que pretende reglar el uso de la pirotecnia se ha redactado a 1.600 kilómetros de distancia de Castellón y, por supuesto, sin el menor conocimiento de su importancia en las tradiciones culturales y festivas de nuestra tierra. El humo, el olor a pólvora, el sonido de las explosiones son sensaciones que los sesudos políticos de Bruselas no han experimentado jamás. Dejen, por favor, que seamos nosotros quienes nos autorregulemos, porque ser europeo no significar ser todos iguales.

Y que dure...

Redactor Jefe.