El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Ricardo Peralta, reivindicó ayer que la respuesta del estado de derecho y la sociedad democrática española al terrorismo “no puede ser otra que la de exigir el inmediato e incondicional cese de toda actividad terrorista y violenta”.

Peralta realizó estas afirmaciones en la Universitat de València, tras el acto de entrega de grandes cruces y encomiendas de la orden de reconocimiento a víctimas del terrorismo, concedidas a las familias de fallecidos y a heridos en actos terroristas desde 1979,

Entre ellos, el teniente coronel de la comandancia de la Guardia Civil de Castellón, Ángel Julio Cabello Baeza, acompañado de su hermana María Josefa, en recuerdo de su padre, su madre y su hermana, fallecidos en el atentado del hotel Corona de Aragón de Zaragoza, el 12 de julio de 1979; y el inspector del Cuerpo Nacional de Policía destinado en Castellón, Ramón Maortúa Miranda, víctima de un atentado de ETA ocurrido en Bilbao el 27 de abril de 1993. Se entregaron 34 condecoraciones (diez de ellas a título póstumo) a residentes en la Comunitat Valenciana, víctimas de ETA, Terra Lliure o el terrorismo islamista, como los atentados del 11 de marzo del 2004 en Madrid, o los registrados en Santa Pola en el 2002 o en Benidorm en el 2003, en la provincia de Alicante. H