La moda de recibir el año en un polideportivo municipal se extiende por todos los rincones del interior provincial. Numerosos municipios de Castellón preparan para esta Nochevieja cotillones a precios populares. El objetivo es doble: que los vecinos del pueblo no tengan que salir fuera, y usar la fiesta como un reclamo más para llenar las casas rurales.

La Pobla de Tornesa, Borriol o Sant Jordi fueron de los primeros en organizar la Nochevieja, pero en los últimos años decenas de municipios se han apuntado a la fiesta. Es el caso de Vistabella del Maestrat, Vall d’Alba, Navajas o Soneja, por citar solo algunos ejemplos de los municipios que se han sumado a la moda de los cotillones. Hay más de 50 y la cifra crece con los años.

Pero, ¿dónde está el secreto del éxito de las fiestas de fin de año en los pueblos? La primera respuesta hay que buscarla en el precio. Aunque hay varias opciones, una de las más extendidas es la de la cena de sobaquillo. “La gente se trae la cena de casa y aquí nosotros ponemos la mesa y las sillas, les damos la bolsa de cotillón y las uvas y ponemos la orquesta. El precio de la entrada es de 20 euros por persona”, describen en Albocàsser, que garantizan fiesta y buen ambiente hasta altas horas de la madrugada.

Aunque lo común es la popular cena de sobaquillo, hay otros municipios que van un poco más allá y encargan la comida a un restaurante. Es el caso de Cabanes, pero también de les Useres, cuya comisión ofrece cena, cotillón y orquesta por 50 euros. En Vilafranca, la comisión de fiestas ya organizó fiesta en Nochebuena y la repite en la noche de fin de año.

El boom de lo cotillones se ha extendido también por muchos de los municipios del Alto Palancia, como es el caso de Geldo, Soneja, Torás o Caudiel. En todos estos casos, los polideportivos municipales se convertirán la noche del sábado en improvisados restaurantes en los que los vecinos del pueblo se reunirán para despedir el año, degustar una cena de cátering, comerse las uvas y bailar. Todo eso a precios que oscilan entre los 20 y los 80 euros, dependiendo si se incluye la cena.

Pero la iniciativa municipal no gusta a todo el mundo. Restaurantes y discotecas se quejan de que las fiestas en los polideportivos les restan negocio, en una noche que consideran clave. H