La crisis económica tiene efectos colaterales inesperados y de seguir así en el futuro puede dar lugar a un aumento de conflictos familiares porque parece que en Castellón se ha optado por hacer menos testamentos. El año pasado se firmaron 6.607 documentos de este tipo, 737 menos que en 2006, uno de los años en los que se alcanzaron cifras más altas.

Los datos proceden de la delegación de Castellón del Colegio Notarial de Valencia, que atribuye ese descenso del 10% de los testamentos a la crisis económica, pero también al frenazo de las operaciones inmobiliarias. Y es que la caída en las compras de inmuebles ha reducido la necesidad de solucionar jurídicamente la sucesión de los bienes.

El aumento de la esperanza de vida pero también los cambios sociales provocan variaciones en los perfiles de quienes optan por testar. La franja de edad más activa es la de 50 a 70 años. “Son mayoría las personas cuyo estado civil es el de casados y que otorgan sus testamentos simultáneamente los dos miembros de la pareja. Normalmente pretenden facilitar los trámites a los hijos y generalmente establecen criterios de igualdad entre ellos, si bien, en ocasiones, realizan decisiones particionales de los bienes o establecen diferencias respondiendo a las circunstancias familiares”, cuenta José Vicente Malo, notario de Castellón y tesorero de la Junta Directiva del Colegio Oficial.

También hay matrimonios sin hijos que quieren regular el destino de sus bienes y otro perfil típico, y cada vez más frecuente, es el de personas más jóvenes que otorgan testamento por estar inmersos en una situación familiar no convencional, es decir, divorciados, personas con hijos procedentes de diversas relaciones, matrimoniales o no, parejas de hecho del mismo o de distinto sexos...

Desde el Colegio Oficial se destaca también que de las herencias formalizadas en escritura, cerca de un 70% se realizan respecto a personas que otorgaron testamento en su día y el 30% restante con referencia a personas que no habían otorgado testamento y cuyos familiares tuvieron que instar la correspondiente declaración de herederos ab intestato.

A pesar de que cada vez son menos los que testan, los notarios insisten en las ventajas del documento legal. “El testamento permite determinar la voluntad del testador sobre los bienes integrantes de su patrimonio. Si no existe puede que el criterio establecido por la Ley coincida con lo que querría el testador o que no corresponda. Pero aunque el criterio legal coincida conviene testar, pues si no existe este documento los trámites para ser declarados los herederos son más costosos que el propio testamento”, insiste el notario.

El precio tampoco es excusa. Ahora mismo cuesta unos 37 euros, una cantidad que no ha variado en los últimos años.