Son muchos los castellonenses que han optado por comer en la oficina con la tradicional fiambrera para evitar gastar en el menú del día. Ahora este hábito, cada vez más extendido, llegará el próximo curso a los colegios de la provincia de Castellón. Así lo ha anunciado la consellera de Educación, María José Catalá, quien ha destacado que los alumnos de los colegios, que soliciten implantar esta medida, podrán llevarse sus propios tupper para que los padres puedan ahorrar el dinero de la contratación de comedor. Actualmente, el precio de este servicio ronda los 4,25 euros diarios y unos 85 al mes.

En este sentido, Catalá ha explicado en el programa Bon Matí de Ràdio 9 que, ante las dificultades económicas que pasan muchas familias, su departamento planteará a cada centro la posibilidad de que los niños, que han dejado de quedarse en el comedor por motivos económicos, también coman en los centros, pero con la comida preparada en casa. Por tanto, será el consejo escolar el encargado de decidir si adopta esta medida, que ya está implantada en algunos centros concertados. De todos modos, la consellera ha adelantado que solo podrán llevar fiambrera los alumnos de aquellos colegios en los que haya infraestructura para conservar los alimentos refrigerados y tengan un espacio en los comedores, con la supervisión de los monitores.

PADRES // La propuesta no cuenta con el beneplácito de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos FAPA Penyagolosa. “La alimentación es un aspecto fundamental, los centros no están preparados, además se desconoce quién debe velar por la seguridad alimentaria”, señaló la presidenta de la entidad, María Dolores Tirado, quien reclamó más becas de comedor “para garantizar una dieta equilibrada” y el pago de la deuda de seis meses, que la Conselleria aún no ha subsanado a las empresas de comedor. H