Como tantas cosas que han iniciado y alentado seres humanos de l’Alcora o de mil un puntos geográficos de la provincia de Castellón, seguro que existe un censo de las cooperativas o empresas familiares que han hecho llegar a los más recónditos lugares del ancho mundo, el producto de sus ideas, iniciativas y trabajos en torno al capítulo de la gastronomía, de los olores y sabores, de lo que es vehículo para que los seres humanos comenten o sientan las mismas sensaciones y hagan coincidir el gusto de sus paladares en el entorno de un traspaso de amores y amoríos para que el vivir sea algo hermoso.

Se dirá que la búsqueda de aquellos iniciadores tenía un fin menos romántico y que lo que perseguían era el hacer negocio desde la creación de sus empresas fabricantes. Claro, todo eso es lícito y está en el capítulo de los que se ha dado en conocer como emprendedores, pero todo forma parte en justicia de los juegos de la vida en sociedad. A unos les mueve la vida contemplativa, otros siguen pensando aquello de “que inventen ellos”. Pero el mundo lo mueven gentes como los Vidal, que hoy están aquí.

DESTILERÍAS Y BODEGAS // Todo el mundo sabe que una destilería es un local o establecimiento industrial, donde se destilan los licores. Y que allí es rey de la casa el alambique, una palabra de origen árabe que se refiere a una vasija que se emplea para destilar, es decir, el alma de una destilería a través de sus complementarios utensilios. En cuanto a bodega, se entiende que se trata de un almacén de vino guardado con toneles o botellas, generalmente ubicado en lugares subterráneos.

Es en realidad el total de locales en los que se elabora, se conserva o se añeja el vino. Su mención nos lleva en el pensamiento a contemplar grandes estancias con especiales paredes de hormigón.

La historia bodeguera de la Comunitat Valenciana, tiende a citar el año 1910 cuando se fundó la cooperativa de Cheste, pero ya en nuestra provincia se destilaba, se conocía la utilidad del alambique y se comercializaban los productos vinícolas desde el siglo XIX. Pero es que hay que remontarse muchísimo más en el tiempo. El erudito medievalista don José Sánchez Adell nos habla de una famosa Taberna que había en Villafranca en el siglo XV, que documentó ante notario, el 26 de enero de 1455, la procedencia de los vinos que se vendían en su establecimiento. Y cita como de gran valor los vinos que le llegaban de las bodegas de Castellón, de Borriol y de l’Alcora. Dentro de esa inmensa viña que es España el término de Castellón fue un viñedo en la Edad Media.

LA VIDA // El origen de las Bodegas y Destilerías Vidal, se remonta al año 1899. Fue su fundador Miguel Vidal Garcés, vecino de l’Alcora, que se estableció en la calle Del Vall. Junto a la inicial fabricación de aguardientes, alternaba la actividad con la venta de legumbres y frutos secos. A su tiempo, contrajo matrimonio con María Rosa Ferrer Arquer y tuvieron cuatro hijos: Amparo, María, Herminia y Miguel, el chico que dio fama universal a las Bodegas y Destilerías Vidal.

En 1930 se trasladaron a Castellón y abrieron la destilería en la entonces plaza de la Victoria, hoy avenida del Rey, junto al Instituto Ribalta, donde el matrimonio fundador y el hijo Miguel fueron objeto de gran curiosidad ciudadana. Después, allí se inauguró el muy popular San Remo.

Y desde allí, en 1940, ya abrieron la bodega en la calle Teodoro Llorente, esquina a Cardenal Costa, junto a la antigua vía del ferrocarril, donde ampliaron su actividad con la fabricación de licores y elaboración de mistelas, moscatel y vinos dulces.

Miguel (1907-1993), contrajo matrimonio en Cuenca con Francisca Pontones Pérez. (1913-2004). Afincados ya en Castellón, tuvieron dos hijos, Miguel y María Rosa. Con el tiempo, Miguel se casaría con Maritina Rodríguez Caro, mientras María Rosa se casó con Joaquín Jordán Bielsa. Aparecían en la empresa, nuevas generaciones. Y siguen llegando.

ANÍS CASTALIA // El primer logro mediático de la empresa fue sin duda la creación del ya famoso Anís Castalia, en cuya etiqueta se pudo ver el Campanar de Castelló y una grupa con una pareja de castelloneros, él con traje de setí y ella con la indumentaria tradicional magdalenera. Pero el acontecimiento industrial en los primeros años de la posguerra estuvo en la consecución del paso de los licores a granel a los ya embotellados. Era un signo de las nuevas ideas e ilusiones de nuestras gentes. Hasta que fue en 1975, tantos años después, cuando aparecieron normativas y reglamentaciones que obligaban al embotellado de todos los licores.

Por otra parte, la familia Vidal construyó en 1947 en el término de Benlloch, zona tan rica en viñedos, una nueva bodega, con el aditamiento de una fábrica de alcohol vínico, donde se vivifica con las variedades de la uva llamada tintoreras, señorito y edo, autóctonas y singulares, de las que se llegaron a elaborar nueve millones de Hg. de uva. Es sabido que, grandes marcas de vinos de España, se nutren de uvas de estos viñedos castellonenses.

HACIENDO HISTORIA // Los Vidal mostraron en 1980 las nuevas instalaciones de una bodega dotada de los medios necesarios para el almacenamiento, elaboración y embotellado de vinos y licores, en el polígono industrial El Mijares, de Almassora. Y en el año 2000 se decidió la ampliación y modernización de la industria ya con la incorporación de los componentes de la cuarta generación, con un nuevo estilo de gestión comercial y nuevas inversiones en busca de una más acusada especialización en la preparación y embotellado de vinos, moscateles, vermuts, sangrías, vinos dulces y más de cincuenta licores, brandys, whisky, ron, ginebra, wodka así como otras bebidas sin alcohol, enmarcado todo por lo que ya es conocida como Bodega Centenaria Castellonense.

Puede que el primer Diploma de Honor se recibiera en la Feria del Campo de Madrid, de 1953. Desde entonces se han sucedido los galardones a los que hay que añadir el mágico currículum de Miguel Vidal Pontones (71 años ahora) con su Encomienda del Mérito Agrícola y el ser nombrado Académico de Número de la Academia del Vi del Regne de Valencia, aunque para Miguel sea lo más honorífico y entrañable el haber participado en la creación del nuevo Mesón del Vino de Castellón. H