“Creo que debería regularse la figura de las doulas como se hizo con las empleadas de hogar, porque si existe es porque la sociedad la demanda, pero no debería haber intrusismo”. Así opina la matrona Isabel Barreda, quien manifiesta que “en las sociedades cuando aparecen oficios es porque hacen falta”. Antes, las mujeres embarazadas tenían mucho apoyo familiar y social, en su casa o en su entorno, y ahora puede haber mujeres solteras, extranjeras, que necesiten a una persona que les haga ese acompañamiento durante el embarazo y sobre todo que les ayude a atender al recién nacido, a bañarlo, por ejemplo. “El problema es que seguramente habrá habido intrusismo o alguna doula que se habrá excedido en sus funciones. Las doulas no son sanitarias”, señala Barreda, quien recuerda que la función de unas y otras “no tiene nada que ver”.

“Para ser matrona, hay que cursar la carrera universitaria de Enfermería, que ahora es de cuatro años, y presentarte a un MIR (un examen como los médicos) para sacarse dos años más de especialidad”, indica. Con respecto a su tarea, señala, “las matronas suelen atender a la mujer desde que esta tiene conocimiento de que está embarazada”. “Le llevamos el embarazo, la preparación al parto y pueden asistir desde el principio hasta el final en un parto normal, tanto domiciliario como hospitalario”. Normalmente las mujeres en la provincia dan a luz en el hospital. “Yo no he asistido a ningún parto en casa, pero hay compañeras mías que sí”, indica Barreda, quien es gerente además del Centre Mare de Castellón y Vila-real. H