El Ayuntamiento y la Asociación de las Tascas de Castellón han presentado sendos recursos de casación ante el Tribunal Supremo contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) de 12 de junio del 2018, que prohíbe el consumo de alcohol en las calles de las tascas, al anular el artículo 26 de la ordenanza municipal de convivencia que lo permite atendiendo a la singularidad de la zona.

Según reza la sentencia del Alto Tribunal valenciano, ahora recurrida, el magistrado admite el recurso de Castelló Sense Soroll y argumenta que la autorización para consumir alcohol en las calles de las tascas se contraviene con la declaración de la zona como acústicamente saturada (ZAS), y recalca que «no es aceptable el artículo 26 de la ordenanza municipal que prevé aplicar la excepción de la prohibición de la venta, suministro y consumo de bebidas alcohólicas en las tascas, a pesar de venir esa excepción de las autorizaciones municipales».

Con su recurso a la sentencia del TSJCV, Ayuntamiento y hosteleros buscan una salida para garantizar el futuro de unos negocios singulares en la ciudad, cuya supervivencia está amenazada hace más de una década, a raíz de las denuncias de Castelló Sense Soroll y la declaración como zona acústicamente saturada, que implica una serie de restricciones horarias que merman la rentabilidad de las tascas.

Fuentes municipales explican que han recurrido al Supremo el veto al consumo de bebidas alcohólicas porque defienden «la singularidad de las tascas» y, dentro de la legalidad, buscan «una solución que equilibre los derechos de ocio y de descanso».

Para el portavoz de la Asociación de las Tascas, José Romero, «hay que hacer todo lo posible para mantener unos negocios únicos en la ciudad». Por ello, al margen de este recurso, demandan una reunión con responsables municipales para ver exactamente en qué punto están, «porque hay muchas vías abiertas para garantizar la continuidad de las tascas, pero no se acaban de cerrar». Romero se refiere así a la revisión de las medidas de la ZAS, que permitirían consumir alcohol en la calle hasta la 22.30 horas --y no hasta las 22.00 en cumplimiento de otra sentencia firme del TSJCV del 2017-- y a la declaración como zona gastronómica, a través de la modificación de la ley de salud autonómica aprobada por unanimidad a principios de año en Les Corts.

Castelló sense Soroll, la asociación más beligerante con las tascas, ante el nuevo recurso al Supremo, insiste en hacer cumplir, intensificando la presencia policial, las medidas ya obligatorias para paliar el ruido en beneficio de la salud de los vecinos.

CLAVES:

  • La ordenanza municipal de convivencia, en su artículo 26, permite la venta y consumo de bebidas alcohólicas en las calles de las tascas por su singularidad.
  • La Asociación Castelló Sense Soroll recurre el artículo de la ordenanza que permite beber en las calles de la tascas y, tras un largo proceso, en junio, el TSJCV lo admite.
  • El Ayuntamiento y los hosteleros recurren ante el Supremo la última sentencia del TSJCV con el objetivo de permitir el consumo de alcohol en las calles de las tascas.