La alcaldesa de Castelló abrió la jornada de ayer en el Planetari. Amparo Marco inauguró el congreso internacional con Japón subrayando el valor de la diferencia, e instó a aprender de ella para mejorar como personas y a nivel colectivo como ciudad.

«Tan cerca y tan lejos», comenzó Marco, en referencia a Castelló y Ube. «Lejos en la distancia, pero cerca en sentimientos y aspiraciones de futuro», añadió. Esas aspiraciones de la alcaldesa para Castelló son «la calidad de vida y el bienestar de carácter sostenido y sostenible». Para ello, señaló la llamada triple hélice aplicada en la transformación impulsada en Ube: la universidad, la industria y las instituciones públicas, modelo a importar en Castelló.

Marco llamó a «aprender los unos de los otros» en el marco de un mundo que «exige respuestas rápidas». «Aprender cómo en otras partes del planeta se han afrontado los problemas, aprender de la diferencia para superar obstáculos», aseveró. La alcaldesa de Castelló explicó que en japonés el concepto crisis lo define dos símbolos, «el peligro y la oportunidad», y señaló la oportunidad existente ahora de «conseguir un futuro mejor».

La alcaldesa Marco agradeció tanto a UBE como a Ramón Vilaroig, el director del congreso, la implicación a la hora de organizarlo tras recibir la proposición de la embajada de Japón en España. «No pudo elegir mejor», dijo. Se despidió citando al escritor uruguayo Eduardo Galeano: «Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo», y destacó la capacidad de castellonenses y japoneses para «crecernos frente a las adversidades».

Nueva etapa // Entre los asistentes a la primera jornada del congreso destacó la presencia de Kazuhiko Takahasi, vicepresidente de UBE en Europa. Takahasi afirmó que el congreso servirá «para reforzar los lazos de cooperación y comercio» entre ambos países, e indicó que con el reciente acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Japón se abre una nueva e interesante etapa al respecto.

Tras las conferencias matinales, se sirvió una comida cóctel en el Club Náutico de Castelló y posteriormente, tras la sesión vespertina, se celebró un concierto de música valenciana en la plaza Mayor. Por último, se ofreció una cena de gala en el Casino Antiguo de la capital de la Plana.