Los casos de coronavirus han repuntado en la Comunitat desde el pasado puente del 9 d’Octubre y la evolución de la pandemia empeora justo en unas fechas donde la celebración de Halloween está a la vuelta de la esquina, así como las fiestas navideñas. De ahí que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, haya decidido declarar el toque de queda de forma unilaterial ante la falta de acuerdo nacional en el seno del Consejo Interterritorial de Sanidad celebrado ayer. Fue en esta reunión donde la consellera de Sanidad, Ana Barceló, tomó a primera hora la palabra para recabar apoyos y aprobar el confinamiento nocturno a nivel nacional, pero, a pesar de lograr numerosos respaldos, la propuesta se quedó encima de la mesa hasta buscar un instrumento jurídico para articularlo.

Ante esta situación, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, movió ficha y encargó a la Abogacía de la Generalitat y a la Conselleria de Sanidad la elaboración de una resolución que restrinja la movilidad nocturna en toda la Comunitat entre las 00.00 y las 06.00 horas hasta el 9 de diciembre. La resolución, que se pretende que esté lista en un máximo de 48 horas, se remitirá al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) para su ratificación y que pueda aplicarse en los primeros días de la próxima semana. En caso de que no sea así, Puig ha asegurado que «en absoluto» se descarta adoptar ningún otro instrumento, como solicitar el estado de alarma, si bien subrayó que se argumentará «suficientemente» la resolución para que no se rechace.

Así, aunque el jefe del Consell insistió en que la Comunitat tiene menos incidencia que la mayoría de las comunidades autónomas, «no estamos bien» y, en las últimas semanas, se ha incrementado tanto el número de casos como la presión asistencial. En concreto, un 45% más de incidencia; un crecimiento del 97% en las hospitalizaciones y un 65% más de pacientes ingresados en UCI.

L

os objetivos del toque de queda son: frenar el virus, evitar la adopción de medidas más duras y llegar a las semanas previas a la Navidad con la mejor situación posible ante el aumento de la actividad comercial y movilidad en estas fechas. Para ello, se busca acabar con las fiestas privadas, los botellones o reuniones en el ámbito social. Siete de cada diez brotes son en este entorno.

Medidas adicionales

Además de decretar el toque de queda, el Gobierno valenciano también pretende implantar medidas adicionales que se publicarán junto con la resolución, y que, según concretó la propia Barceló, «apoyarán la medida general de restricción de la movilidad» y en la dirección de evitar la propagación del virus en espacios conocidos, como son el ámbito familiar y social. No obstante, evitó avanzarlas ya que están todavía elaborándose, aunque adelantó que irán en el camino de vigilar situaciones de riesgo como pueden ser los tardeos.

En este sentido, estaría en estudio la posibilidad de establecer una restricción de las reuniones a un máximo de seis personas en cualquier ámbito. «La perspectiva dice que vamos a peor, por lo que debemos tomar decisiones ahora», recalcó Puig, quien realizó una llamada a la corresponsabilidad: «Cada uno de nosotros somos una pieza decisiva. La relajación no es una opción».