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Silencio tranquilo en la primera noche de toque de queda en Castellón

La inmensa mayoría cumple, pero algunos caminaron fuera de hora y la Policía interviene en 10 ocasiones en la capital

Silencio tranquilo en la primera noche de toque de queda en Castellón

Por una vez, el rito semestral del cambio de hora quedó eclipsado de las conversaciones cotidianas como consecuencia de la primera noche de aplicación del toque de queda. Las calles de Castelló fueron enmudeciendo a medida que se acercaba la hora del comienzo, y en general hubo normalidad, con lo que la mayoría cumplió las reglas que regirán en la Comunitat, al menos, hasta la fecha del 9 de diciembre.

La apariencia del centro de la capital recordó a las estampas vividas en las semanas del confinamiento total. Aceras vacías, un asfalto que parecía todavía más oscuro que de costumbre, y unos semáforos que mantuvieron la cadencia habitual del rojo al verde y viceversa. Eso sí, apenas había coches y peatones por regular. Más que una noche de sábado, la apariencia fue la de un martes lluvioso y gélido.

Pero hubo excepciones. Cuando el reloj ya marcaba la 1.15 de la madrugada, aún se pudo ver a gente corriendo por la calle a paso firme, que había apurado el momento de regresar a su domicilio y que por tanto ya estaba fuera de plazo. Con todo, lo más destacado fueron las intervenciones recopiladas desde el Centro Integrado Municipal de Seguridad y Emergencias (Cimse). Un total de 10 servicios entre la 1.00 y las 6.00 horas, que incluyeron un total de siete fiestas en domicilios. Se solucionaron «con presencia policial y cesaron las molestias vecinales al finalizar el servicio», detallaron. El resto de incidencias, tres, tuvieron que ver con molestias en vía pública, que obligaron a la Policía Local a tomar cartas en el asunto. Además se instruyeron dos atestados por dos conductores que circulaban con influencia del alcohol y se formuló también una denuncia administrativa a un ciclista ebrio.

La velada tuvo algo de adaptación, al optar por retrasar el inicio de este primer toque de queda a la 1.00 de la madrugada. A partir de ahora, es la medianoche el momento en el que todos deben permanecer en casa, salvo excepciones concretas, como el desplazamiento desde el trabajo, el cuidado de personas vulnerables o emergencias. Y en cuanto a las fiestas en domicilios, la normativa expone de forma clara que solo pueden reunirse hasta un máximo de seis personas no convivientes. Tanto en los locales públicos como en la esfera privada.

Entre los efectos de la nueva situación está la desaparición --al menos por el momento-- de incidentes localizados en determinadas plazas y parques. Desde el cierre del ocio nocturno se había detectado un incremento de botellones. En cambio, la noche del sábado al domingo, en los espacios donde se solían reunir estos jóvenes se recuperó la calma. Solo alguna lata de cerveza atestiguó lo ocurrido en fechas anteriores.

La Conselleria de Justicia e Interior informó de que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y de la Generalitat propusieron 224 sanciones en el conjunto de la Comunitat por incumplir la normativa anticovid. Menos de la mitad estuvieron relacionadas con el quebrantamiento del confinamiento nocturno. La consellera de Justicia e Interior, Gabriela Bravo, aseguró que la «normalidad» fue la tónica de la primera jornada. Ayer no se facilitaron datos referidos a la provincia, mientras que la Guardia Civil y los cuerpos locales de policía mencionaron que este estreno del toque de queda se desarrolló con tranquilidad.

La delegada del Gobierno en la Comunitat, Gloria Calero, también utilizó el término de normalidad para referirse a la noche del sábado al domingo, a la vez que recordó el «refuerzo de los dispositivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para dar una respuesta al inicio del toque de queda». Para Calero, «el mensaje es claro. Vamos a ser contundentes con aquellos que puedan poner en peligro la salud de la población y vamos a evitar la concentración de personas por la noche, las fiestas en domicilios y en especial los botellones en las calles. Frente a la mayoría que tiene un comportamiento ejemplar, no vamos a consentir comportamientos contraproducentes e insolidarios», concluyó.

Como cada último domingo de octubre, a las 3.00 fueron las 2.00. Pero lo que más importa es que hay que estar a casa a medianoche. Otro esfuerzo más.

FIESTA LARGA EN NULES / Las primeras horas del toque de queda también dieron para situaciones chocantes. Una de ellas fue el desalojo de una fiesta que se celebraba en Nules. Un cumpleaños con la asistencia de unas 15 personas. Cuando comenzó el evento, en la tarde del sábado, nada se hacía que pudiera llevarse un reproche. Pero llegó la 1.00 de la madrugada, y de ahí la intervención --cuando el reloj marcaba las 2.00 horas-- de las autoridades. Según detallaron fuentes municipales, las explicaciones dadas por los participantes fueron que la diversión se alargó algo más de la cuenta.

Además, aseguraron ser desconocedores de la limitación nocturna marcada desde la Generalitat. Los preparativos de la fiesta les impidieron ver la intervención del president Puig y la posterior publicación en el Diari Oficial. Tampoco se percataron por las alertas de internet y las redes sociales. Por todo ello, la celebración se desalojó sin mayores efectos. Los implicados aprendieron que el jolgorio queda aparcado unas cuantas semanas.

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