La reducción del impacto de los vertidos contaminantes en el cauce de los ríos es el principal objetivo del proyecto Piver, impulsado por la compañía castellonense Facsa y que ha iniciado ya las primeras pruebas con la toma de muestras en los ríos Aragón de Navarra y Gállego de Zaragoza.

La iniciativa hará posible la medición de la disolución de los vertidos arrojados en las aguas, valorar el impacto en los cauces y plantear medidas correctoras. El trabajo está desarrollado por Facsa, junto a Ideya, Control 7 y Zinnae, con la colaboración también de la Confederación Hidrográfica del Ebro y una subvención del Ministerio de Industria.

En este sentido, la compañía de Castellón aportará su experiencia en el comportamiento de fluidos, mientras que el resto se encargarán del análisis de las aguas y la comprobación mediante tecnologías punteras con el uso de sensores y cámaras termográficas.

Y es que, la actuación a desarrollar consiste en primer lugar en la toma de datos por parte de estos dispositivos, para verificarlos después mediante una novedosa herramienta desarrollada por Facsa, cuyas conclusiones se cruzarán con las obtenidas de las muestras de agua analizadas en los laboratorios.

De esta forma, según explican los impulsores de Piver, será posible intervenir con mayor eficiencia, haciendo el vertido de manera diferente o en distintos puntos para minimizar sus efectos.

Además, para el desarrollo de este proyecto, el clúster aragonés del agua (Zinnae) ha conseguido una importante subvención del Ministerio de Industria dentro de la última convocatoria de ayudas a las agrupaciones empresariales o clústeres, ya que el mismo reducirá el riesgo ambiental y los costes económicos asociados a los daños producidos en el medio físico y los ecosistemas, proporcionando garantías financieras a las empresas que producen el vertido. Del mismo modo, ofrecerá una herramienta a los organismos de cuenca para apoyar las tareas de inspección y control.