Unión a todos los niveles contra la despoblación. Conscientes de que el éxodo rural es un problema estructural que afecta históricamente a la Comunitat y, en especial, al interior de Castellón, Gobierno, Generalitat y Diputación se alían para concentrar esfuerzos encaminados a paliar a diez años vista el desequilibrio territorial que sufre la provincia.

Las tres instituciones evidenciaron este jueves la necesidad de colaborar en la presentación de la Estrategia Avant 20-30, un documento técnico elaborado por el Consell con acciones durante esta década para tratar de revertir la España vaciada en el territorio castellonense. Y es que, como confesó ayer en la capital de la Plana la vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para el Reto Demográfico, Teresa Ribera, invitada estrella al acto, «España es uno de los países con más desigualdad territorial, y Castellón representa muy bien esa imagen: tiene dos realidades distintas y enormemente desequilibradas en una misma provincia», ilustró.

Con el objetivo de encontrar soluciones a esa «brecha abierta desde hace décadas», la también titular de Transición Ecológica reivindicó que es «imprescindible» cooperar entre «los distintos niveles de Administración» para revertir tendencias. «Es una estrategia con gran capacidad para coordinar actuaciones y que necesitará tiempo y constancia para reequilibrar espacios», aseveró.

Cambio cultural profundo

Una colaboración entre instituciones a la que también aludió el president de la Generalitat, Ximo Puig. «Es un ciclo histórico que no se cambia de un día para otro, exige un cambio cultural profundo», afirmó, y por ello remarcó el concepto de «interdepartamentalidad»: «Este plan es una alianza de alianzas para sumar sinergias», a fin de superar la «frontera de la desigualdad» del ámbito rural.

No en vano, el objetivo no es baladí: «hacer atractivo» el interior para «los jóvenes», ya que no solo está en juego que «algunas comarcas tengan más vida», sino «la propia cohesión de España y de la Comunitat Valenciana». Y no ocultó «la gran esperanza» que suponen los fondos europeos para la reconstrucción, que el president anunció que dispondrán en la medida que sean capaces de «generar proyectos». «La decadencia no es inevitable y no cabe ni victimismo ni paternalismo», arguyó.

Se trata de unos recursos procedentes de la Unión Europea de los que los municipios pequeños también quieren participar y de los que el presidente de la Diputación, José Martí, como alcalde de Suera al mismo tiempo, se erigió como embajador. «Estamos expectantes ante la llegada de estos fondos, pues queremos que las entidades locales también sean receptoras de estas ayudas; no queremos quedar al margen», aseveró.

Con esa premisa, el máximo dirigente de la institución provincial cree que «es necesario que las diputaciones entren en juego» para que los municipios con menos habitantes «no queden desamparados». «Podemos ser los grandes valedores de los pueblos acuciados por la despoblación, ya que el reto demográfico es nuestra gran prioridad», concluyó Martí.

Proyecto piloto

La visita de la ministra también trajo consigo un anuncio importante debajo del brazo: Castellón tendrá el primer centro de innovación territorial del país. Un servicio, impulsado entre Gobierno y Diputación, que servirá como proyecto piloto para que administraciones, empresas y emprendedores puedan activar proyectos que impulsen el desarrollo económico del interior. Así, el centro pionero en la provincia permitirá evaluar el modelo de implantación de este tipo de iniciativas sobre el territorio e identificar una estrategia de trabajo replicable en otras áreas rurales y capaz de adaptarse a las particularidades de cada territorio.

Martí destacó el trabajo que la Diputación viene realizando desde hace meses junto al Ministerio, que se cristaliza en esta propuesta, que busca «promover el emprendimiento en las comarcas más despobladas, desarrollar el conocimiento y crear riqueza».