La retirada de la cruz de los caídos y del monumento en el que se encuentra enmarcada propiciará la creación de más zona verde en el parque Ribalta, ampliando así el jardín romántico del siglo XIX, tal y como confirmaron fuentes municipales al diario Mediterráneo.

Después de que la semana pasada este periódico publicara en exclusiva que la Conselleria de Calidad Democrática instaba al Ayuntamiento de Castelló a retirar la cruz del Ribalta de la vía pública ya que se trataba de un «vestigio franquista», tal y como lo definió la consellera de este área, Rosa Pérez Garijo (EUPV), el Ayuntamiento de Castelló se ha puesto manos a la obra para activar «en breve» el procedimiento abierto cuyo inicio data del año 2017.

De esta forma, en estos momentos son los servicios jurídicos y el secretario municipal los que analizan el informe firmado por el director general de Calidad Democrática, Responsabilidad Social y Fomento del Autogobierno, Iñaki Pérez, con el fin de estudiar la documentación y poder levantar la suspensión del proceso que, tras contestar las alegaciones pertinentes, terminará con la retirada de la cruz. Todo esto en el caso de que no prosperen las acciones judiciales que la Asociación Abogados Cristianos ya ha anunciado que tomará contra el ayuntamiento y entre las que destaca la petición de las «cautelarísimas», de nuevo, y una querella criminal por prevaricación contra la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco.

Falta de un reglamento

Por otra parte, desde la Conselleria de Calidad Democrática explicaron ayer a este diario que en el supuesto de que el Ayuntamiento de Castelló no retirara la cruz del Ribalta «en cumplimiento de la ley», sería la administración de Pérez la que lo haría. Sin embargo, desde esta administración reconocieron desconocer el plazo en el que lo tendría que efectuar porque la Conselleria todavía «está redactando un reglamento que recogerá los procedimientos administrativos» a este respecto. Además, las mismas fuentes autonómicas también destacaron que la ley de Memoria Histórica «no contempla otros vestigios que no apelen a la dictadura, entre 1936 y 1983».

Tal y como se lee en el documento de la Conselleria de Calidad Democrática, esta cruz «se rigió por acuerdo el Ayuntamiento en 1944, dedicándose a los caídos por Dios y por España, por tanto, en su origen claramente fue un monumento de exaltación de la guerra civil y de la dictadura». «En el año 1979, el símbolo fue resignificado y se dedicó a las víctimas de la violencia», recoge el texto.