REPORTAJE

El mejor olfato contra las drogas, a prueba en Castelló

La Unidad Canina de la Policía Local de la capital reúne a agentes y canes en una jornada formativa sobre la detección de estupefacientes. Participan una veintena de municipios de la Comunitat Valenciana y Cataluña

Un agente realiza una práctica con un perro de la unidad canina.

Un agente realiza una práctica con un perro de la unidad canina. / IVÁN CHECA

Iván Checa

Iván Checa

Los mejores olfatos para combatir el tráfico de drogas se dieron cita este jueves en Castelló. La Unidad Canina de la Policía Local de la capital de la Plana reunió en una jornada formativa a agentes y canes de una veintena de municipios de la Comunitat Valenciana y Cataluña para aprender y mejorar en el trabajo que realiza este tipo de unidades en la detección de estupefacientes.

Hasta 40 canes tomaron la sede central de la policía castellonense, el antiguo acuartelamiento de Tetuán XIV, que se convirtió en un campo de prácticas recreando diferentes escenarios que se pueden encontrar los agentes de cuatro patas en su actividad cotidiana. Lo hicieron llegados desde Salt, Olot, Amposta, Torrent, Alaquàs, Naquera, la Pobla de Farnals, Xàbia, Cullera, Benidorm, Burjassot, Alcoi, Onda, Vila-real, Benicarló, Vinaròs, Torreblanca, Burriana y, como no, la ciudad anfitriona.

Los asistentes procedentes de una veintena de municipios junto al concejal de Seguridad de Castelló, Octavio Traver, en la apertura.

Los asistentes procedentes de una veintena de municipios junto al concejal de Seguridad de Castelló, Octavio Traver, en la apertura. / MEDITERRÁNEO

Intercambiar experiencias

El oficial responsable de la iniciativa y la unidad canina de Castelló, Jaime Belaire, explica que son las primeras jornadas de este tipo que se celebran con el objetivo de «aprender y, además de recibir lecciones por los instructores, intercambiar experiencias y conocimientos entre las unidades participantes».

En la práctica, tal como pudo contemplar este periódico, los canes discurrieron junto a los agentes por tres escenarios lo más similares a la labor habitual que realizan «intentando recrear lo que nos encontramos por las calles», añade el propio Belaire. 

El primero de ellos consistió en una serie de vehículos con sustancias estupefacientes escondidas: «El guía tampoco sabe dónde se encuentran para que la práctica sea lo más verídica posible», comenta el oficial. El segundo punto simula la búsqueda de drogas en exteriores, «como puede ser un control en una estación de tren».

Una gran parte de la jornada fue práctica, recorriendo diversos escenarios similares a los casos reales que se encuentran.

Una gran parte de la jornada fue práctica, recorriendo diversos escenarios similares a los casos reales que se encuentran. / MEDITERRÁNEO

La tercera y última parada del recorrido puso más a prueba el olfato de los agentes de cuatro patas. Se trataba de una instalación interior que se asemejaba a un taller o nave industrial «con sus olores característicos como resinas y aerosoles» para de este modo tratar de despistar a los canes, aunque no lo consiguieron.

Tarea de prevención

El oficial Belaire hace hincapié en la importancia de este tipo de unidades en los cuerpos de seguridad municipales: «Como Policía Local nuestra tarea principal es la prevención. Solo con la presencia de un perro en una plaza ya nos evitamos que hayan personas consumiendo drogas o trapicheando con ellas», señala.

Un grupo de policías de municipios como Benidorm o Olot, en la jornada

Un grupo de policías de municipios como Benidorm o Olot, en la jornada / MEDITERRÁNEO

Además, entre las bondades que aporta contar con estos compañeros de trabajo, el responsable enumera algunas como la posibilidad de efectuar cacheos selectivos o más discretos con el marcaje pasivo de estos animales, como llaman a la forma en la que señala el punto de olor cuando advierte de una sustancia estupefaciente. 

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