informe de la universitat de valència

Castelló atacará las ‘zonas cero’ de las plagas para atajar molestias

Los mosquitos constituyen una problemática común en la ciudad y las ratas en parques y periferia. El Ayuntamiento reforzará los medios y la inversión, que el estudio cifra en al menos 185.000 euros

El Ayuntamiento reforzará la inversión y los medios frente a las plagas.

El Ayuntamiento reforzará la inversión y los medios frente a las plagas. / MEDITERRÁNEO

Iván Checa

Iván Checa

Castelló priorizará la lucha contra las plagas en la ciudad. La hoja de ruta pasa por atacar prioritariamente las zonas cero detectadas con el fin de atajar las molestias vecinales.

Esto será posible gracias a la estrategia fijada por un estudio técnico encargado por la Concejalía de Salubridad, que encabeza Ignasi Garcia, al Laboratorio de Entomología y Control de Plagas de la Universitat de València.

El análisis analiza la infestación de cucarachas, mosquitos, roedores, aves y tortugas, concluyendo en la necesidades de incrementar hasta un 26% la aportación del consistorio para combatir las plagas, pasando de los 146.000 euros actuales para fumigaciones y tratamientos a 185.000 euros. El concejal del área destacó que el estudio «determina de manera exacta cómo tenemos que incrementar los tratamientos, dónde y cuándo actuar, para tener el control de las plagas en toda la ciudad y acabar con las molestias a la ciudadanía de Castelló».

Dotación económica

La intención del departamento, según explicaron a este diario, pasa por activar este estudio, dotándolo del presupuesto necesario para ponerlo en práctica.

El detalle del informe, al que ha tenido acceso el periódico Mediterráneo, señala a grandes rasgos que predomina la baja o la ausencia de cucarachas, por lo que se propone aplicar cuatro tratamientos durante el año y un quinto si se da alguna anomalía.

Los roedores se detectan en zonas periféricas de la capital y de polígonos o parques como el Geólogo Royo, el Ribalta o las inmediaciones del campo de Golf del Grau. En este caso, el esquema de desratizaciones a aplicar es similar al de las cucarachas.  

En cuanto a las aves, se considera que las palomas y las tórtolas constituyen la principal amenaza. Aquí el criterio técnico sugiere la colocación de palomares que permiten atraer a los ejemplares y controlar sus puestas mediante la sustitución de los huevos por otros falsos y, por otro lado, la alimentación con piensos que incluyan esterilizantes para ir reduciendo la población.

El trabajo de campo localiza también tortuga de la especie T. Scripta, una exótica que supone una «gran amenaza para la biodiversidad autóctona y, sobre todo, la salud pública». En este caso se recomienda seguir el protocolo dictado por la Dirección General del Medio Natural.

En el centro

Por último, los mosquitos centran gran parte del análisis, identificándose cuatro especies distintas. La primera es el mosquito común, con niveles medios-altos en la mayoría de las prospecciones. 

La segunda el molesto mosquito tigre, cuya presencia se da sobre todo en zonas con mucha vegetación como urbanizaciones y en Penyeta Roja y la Marjaleria. En esta última zona comparte protagonismo con el mosquito de marjal, común en zonas inundables. Por último, la especie C. Longiareolata es más residual.

Como remedio para minimizar su presencia, instan a aplicar tratamientos entre los meses de abril y octubre cada 15 días en el 100% de los imbornales de la ciudad de forma coordinada con el baldeo de calles para que se extienda la duración del producto frente a las larvas. Para las especies que aparecen en zonas inundables, la aplicación será condicionada a las lluvias. 

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