La crónica | El Castellón sale bien librado de la primera defensa de su liderato (1-1)

Diez segundos, tiempo suficiente para montar una contra vertiginosa, letal, de esas con las que sueña cualquier equipo que presume de ser contragolpeador. Iago Indias recupera la pelota, recogida por un Giorgi Kochorashvili que lanza el ataque, Dani Romera aparece para una pared imprescindible con el georgiano, quien ve la cabalgada de un Raúl Sánchez que sortea a un adversario y ve el desdoblamiento de Fabrício, quien por fin define como le faltó en otros encuentros para estrenarse, al fin, como goleador.

Nadar y guardar la ropa

Primer golpe, al mentón, frente al animoso Eldense, que imprimió al partido de muchas revoluciones, pero que a excepción de una internada de su lateral izquierdo, Álex Martínez, repelida por Alfonso Pastor, no inquietó en exceso, aunque sí dispuso de numerosos balones colgados que, por entonces, no encontraron a la poderosa pareja (siete goles entre ambos) formada por Mario Soberón y el exalbinegro Juanto Ortuño.

Al Castellón, muy bien replegado --que no encerrado--, le costó volver a enganchar una de esas acciones que había significado el 0-1, acabando el primer tiempo por varias posesiones largas para cortar de raíz la efervescencia de los azulgrana, enfrascados en protestarle todo al árbitro, que había cargado a Dani Romera con una madrugadora amarilla (90 segundos) y otra a Josep Calavera.

Quince minutos de continuidad

No dio la sensación que los dos equipos hubiesen tenido un cuarto de hora de reposo (el segundo tiempo empezó... y los aspersores se pusieron de nuevo en marcha, obligando a un breve pero incómodo receso, hasta que se apagaron). Nada cambiaba. Incluso en un minuto similar al del 0-1, los albinegros ejecutaron otro contraataque de manual, aunque un mal control primero y el resbalón de Kochorashvili después impidieron que culminaron con el mismo éxito que un rato antes.

El Castellón se había estirado, pero el que encontró espacios para montar su propia contra fue el Eldense. Mal balance defensivo, que permitió que Sergio Ortuño (el otro Ortuño acababa de irse a la ducha) rematara totalmente solo desde la frontal (min. 60), lejos del alcance de guardameta cordobés.

El empate espabiló al Castellón y desencorsetó el encuentro, con llegadas a ambas área, en acciones calcadas (los dos lanzamientos lejanos de Raúl Sánchez y Sergio Ortuño, los intentos de vaselina de Dani Romera y Mario Soberón...).

Idas y vueltas

El partido enloqueció por momentos, un correcalles al que el árbitro, dejando jugar, contribuyó sin pitar nada.

Con la recompensa extra del liderato en juego, los dos contendientes no se percataban de que el duelo entraba en el terreno que invita a pensar más en conservar lo que tienes que en ir a ganar lo que aún no posees. Los dos entrenadores también lo entendieron así, aportando frescura para mantener el altísimo ritmo. Cris Montes, ya en el alargue, tuvo la opción más clara para desnivelar el 1-1, que premiaba a ambos por igual y que deja a los albinegros todavía al frente de la clasificación, habiendo salido airoso de una de las salidas más complicadas de la fase regular, tal vez ante el otro plantillón del grupo.