Tortuosos derroteros ha tomado la polémica de los robos en Alqueries. Mientras algunos vecinos, de buena fe y con el pesar de haber sido víctimas de asaltos domiciliarios, denuncian estos hechos y exigen soluciones, se ha abierto la veda de la confrontación partidista en un asunto tan sensible como la seguridad.

Nuestros gobernantes se pierden en dialécticas banales e interesadas en busca de una dudosa rentabilidad política. No parecen entender que los cacos existían cuando gobernaba el PP y siguen actuando ahora que lo hace el PSOE. Lo que hay que intentar es aunar esfuerzos para complicarles el trabajo. No facilitarlo.

Periodista.