La familia del cardenal Vicente Enrique y Tarancón (Burriana, 1907-Valencia, 1994) todavía tiene en su poder más de 4.000 pertenencias del llamado Cardenal de la Transición y se debate entre donarlos a otros o seguir esperando a que el museo que lleva el nombre del prelado abra sus puertas.

Y es que, según indica el sobrino del prelado, Juan José Enrique Tarancón, “se había pactado una cosa, pero ahí está lo que se ha hecho. No me han demostrado que quieren tener su herencia”.

Y añade que ese fue el motivo por el que “se lo entregué a la Iglesia en 1996, pero lo tuve que recoger y traerlo a casa”. Y ahí aguarda a la decisión final. “Ya me he hecho el ánimo y más que dolido como sobrino, lo estoy como burrianense. En todos los sitios quieren el legado, menos aquí”. Y es que, aunque es cierto que en su día el Ayuntamiento ofreció las instalaciones de la biblioteca municipal, no lo es menos que a la familia le “gustaría que estuviera en un sitio significativo”. En este sentido, tienen claro el lugar en el que debería estar: “Diferentes instituciones como la Diputación o la Generalitat dieron dinero para el museo y ahí está hecho e incluso pone el nombre, pero sin abrir”.

Incluso ya están en manos del arzobispado de Valencia un báculo y un cáliz. “El arzobispo Carlos Osoro está dispuesto a que se lo dé todo, y también lo quieren en Madrid y en Montserrat. En muchos sitios, menos en Burriana”, asegura. “Y en Vila-real tienen mucho menos que en Burriana y, sin embargo, ya hace 12 años que está todo expuesto”, añade.

Más de 4.000 documentos, objetos y pertenencias, entre los que se hay casullas y cálices, forman parte de la amplia colección del legado del cardenal burrianense Vicente Enrique Tarancón. H