Tras cuatro meses en stand by --las obras quedaron paradas en julio--, la empresa constructora ha reanudado esta semana en Benicarló los dilatados trabajos para transformar la antigua N-340 en el futuro bulevar. Las discrepancias entre la firma adjudicataria y el Ayuntamiento desembocaron en la decisión de la mercantil de dejar empantanadas las tareas de un día para otro, dejando en el trazado urbano de la vieja Nacional vallas, material de obra, escombros y elementos de señalización, además de permanecer cerrado al tráfico un sentido de la dirección del tramo en el que trabajaban los operarios hasta ese momento.

Todo ello, como plasma un informe de la Policía Local, afectaba a la seguridad vial en ese intervalo y provocaba la queja de los vecinos. Argumentos que han servido al ejecutivo local para instar a la compañía responsable, Binaria Compañía General de Construcciones, a continuar con las obras.

"Alto grado de peligrosidad"

La alcaldesa, Xaro Miralles, recuerda que desde el primer día tuvieron problemas con la empresa porque hicieron una rebaja sobre el presupuesto de licitación de un 25%, que en absoluto fue «una baja temeraria» porque los técnicos no informaron en contra. «Sin embargo, tras varios desacuerdos, pararon las obras de repente sin la autorización del Ayuntamiento», explica. El riesgo de dejar todas las tareas patas arriba es tal que el documento policial constata «el alto grado de peligrosidad» que implica el bloqueo de la actuación, y eso lo que más preocupaba al consistorio. «Por ello, la directora de la obra les remitió un escrito reclamando que continuasen los trabajos, básicamente por seguridad, y la respuesta ha sido que han retomado las obras», añade.

Hasta ahora, las protestas de los vecinos para exigir su desbloqueo han sido continuas, hasta el punto de llegar a recoger firmas.

Las tareas actuales, en concreto, corresponden a la primera fase de los trabajos del proyecto urbanístico, cuya intervención inicial va desde el antiguo parque de bomberos a la calle Ulldecona, la zona considerada más peligrosa y donde hace tres años tuvo lugar un trágico atropello mortal.

Las obras fueron adjudicadas por 697.052,73 euros y tenían un plazo de ejecución de cinco meses, que no han cumplido, porque no comenzaron hasta diciembre del año pasado. En conjunto, los trabajos consisten en la construcción de cuatro rotondas -ubicadas a la altura de la avenida de Febrer Soriano, calle de Ulldecona, avenida del Maestrat y calle del Puig de la Nao-, la reducción del ancho de la carretera, habilitar un carril bici y la iluminación del tramo. «Debería estar todo acabado, pero ahora lo importante es poder abrir el vial en condiciones», concluye la alcaldesa.